A veces hace falta mirar atrás, a la época del blanco y negro, para entender la grandeza de nuestra historia. Si hoy nos emocionamos con un gol en 4K, imaginémonos lo que se se sintió el 19 de marzo de 1953, cuando el estadio era una caldera y la pasión se vivía sin filtros.
Esta es la historia del día que Luis Navarrete Bode (Imagen). del Deportivo Municipal, le marcó un gol a Brasil que quedó grabado en historia.
🏟️ La casa se respeta
Para entender la locura de esa noche, hay que ponernos en contexto: se jugaba el Campeonato Sudamericano y Lima era la sede de emergencia ante la deserción de Paraguay. Pero no solo eso, se estrenaba el flamante Estadio Nacional, ese coloso de cemento que dejaba atrás las tribunas de madera.
Perú no solo defendía su cancha, defendía el orgullo ante un Brasil que llegaba como el «cuco» del torneo, con la chapa de ser los vigentes campeones de América y subcampeones del mundo. El reto era inmenso: ganarles por primera vez en la historia.
⚽ Una hazaña para la vida
El reloj marcaba los 26 minutos finales y el partido estaba para cualquiera, pero el destino quería fiesta en Lima. Fue ahí cuando apareció Luis Navarrete para romper el cero y marcar un tanto desde 30 metros que, años después y ya desde el retiro, él seguiría recordando con profunda emoción como «esa gran hazaña de su vida».
Luis Navarrete jugaba con los dos pies, ambidiestro, tenía una forma diferente de llevar la pelota, una pegada que lo diferencia del resto, bien pegado a la línea de cal y por lo cual resultaba difícil robarle el balón.
Las crónicas de la época no dudaron en calificarlo como un auténtico «golazo», de esos que rompieron la racha invicta de los brasileños y desataron la euforia de las 55,000 almas en las gradas.
Al finalizar el partido, el árbitro inglés Charles McKenna fue agredido por los futbolistas brasileños Danilo y Djalma Santos, que increíblemente no recibieron ninguna sanción.
🫂 La magia del colectivo
Pero lo que hace especial a este recuerdo es la humildad del protagonista. Lejos de querer todos los reflectores, Luis Navarrete siempre destacó que esa noche la magia fue compartida.
Al recordar esa victoria, nombres legendarios como Delgado, Barbadillo y Terry salen a la luz. La sentencia de Luis Navarrete fue contundente: «¡Todos jugaron maravillosamente bien esa noche!». Un recordatorio, válido en 1953 y en 2025, que las verdaderas victorias siempre se construyen en equipo.
Foto archivo histórico prensa peruana