En un inusual giro de los acontecimientos, Enrique Bunbury, ícono del rock español, tuvo que poner en pausa su presentación en el Coliseo General Rumiñahui no por problemas técnicos ni por imprevistos logísticos, sino por una cámara de celular que parecía más protagonista que él mismo.
Durante su show del miércoles 2 de julio, parte de su Huracán Ambulante Tour 2025, Bunbury se enfrentó a un fenómeno moderno que amenaza con destronar al aplauso y al coro colectivo: el fan obsesionado con grabarlo todo. El cantante, visiblemente molesto, no dudó en interrumpir su interpretación para llamar la atención al asistente, quien aparentemente llevaba todo el concierto filmando sin tregua desde la primera fila.
“Este caballero lleva todo el p*** concierto con la p*** cámara, grabando todo el p*** concierto”, exclamó Bunbury, dejando claro que su paciencia tenía un límite, y que el fan acababa de cruzarlo. Según el artista, la actitud del espectador no solo lo desconcentró, sino que perjudicó la experiencia del resto del público: “Ustedes dejan de participar por el hecho de tener un teléfono”, sentenció desde el escenario.
La escena, por supuesto, fue grabada (sí, grabada) y compartida en redes sociales, donde rápidamente se volvió viral. Ironías del siglo XXI.
A pesar del impasse, Bunbury no dejó que un «apéndice tecnológico» arruinara su noche en Quito. Más tarde, agradeció en Instagram a sus fans ecuatorianos por una velada inolvidable y celebró el lleno total en el recinto. “¡Gracias, Quito!”, escribió, dejando claro que su relación con el público sigue fuerte, siempre y cuando no lo vean solo a través de una pantalla.
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