DAMASCO (Siria).- Los enfrentamientos continuaron hoy entre fuerzas tribales, por un lado, y combatientes locales de la comunidad drusa, por el otro, en la provincia sureña de Sweida, a pesar del alto el fuego anunciado y auspiciado internacionalmente.
Según reportes de última hora, se registran violentos choques en los barrios occidentales de la cabecera provincial, en medio de denuncias sobre violaciones de derechos humanos cometidas por ambos bandos.
Esta nueva escalada ocurre pese a la llegada de las Fuerzas de Seguridad Interna del actual gobierno a las inmediaciones de Sweida, como parte de la implementación del acuerdo alcanzado entre Siria e Israel, con el respaldo de Estados Unidos, Jordania y países vecinos.
El objetivo del pacto es reducir la tensión y controlar las líneas del frente.
Una de las disposiciones más relevantes del acuerdo estipula el despliegue de puestos de control de la Seguridad General fuera de las fronteras administrativas de la gobernación, con el fin de evitar la infiltración de grupos armados en la zona.
De acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el número de muertos desde el estallido de los enfrentamientos el pasado domingo 13 de julio asciende a 940, en su mayoría civiles, incluidas mujeres y niños.
Entre las víctimas también se cuentan 330 miembros del Ministerio de Defensa y de la Seguridad Pública, de los cuales 15 perecieron en ataques aéreos israelíes.
En este contexto, circulan vídeos que documentan flagrantes violaciones del derecho internacional humanitario por parte de las fuerzas enfrentadas, las cuales constituyen crímenes de guerra.
Estas violaciones incluyen ejecuciones sumarias de prisioneros y detenidos, masacres de civiles, mutilaciones y decapitaciones.
El presidente sirio, Ahmed Al-Shara, había declarado que la retirada de sus tropas de Sweida buscaba evitar una “guerra abierta” con Israel, que bombardeó objetivos gubernamentales, incluidas sedes del Ministerio de Defensa y el Palacio Presidencial.
El mandatario dijo hoy que Israel siempre ha puesto en peligro la estabilidad de Siria y busca una vez más transformar el territorio sirio en un escenario de caos infinito, con la intención de desmantelar la unidad y debilitar la capacidad de avanzar en el proceso de reconstrucción y recuperación.
Por su parte, las autoridades israelíes justificaron los ataques con el argumento de proteger a la comunidad drusa, una minoría presente también en su territorio.
Con anterioridad, la presidencia siria anunció un alto el fuego inmediato e integral, en respuesta a la crítica situación humanitaria y de seguridad que atraviesa el país, con el objetivo de frenar el derramamiento de sangre y preservar la unidad del territorio nacional.
Mientras tanto, unos 800 mil habitantes de Sweida enfrentan condiciones dramáticas, por la escasez de productos básicos, alimentos, medicinas y una grave carencia de leche para niños.
Ante el temor de nuevos ataques, numerosas familias han buscado refugio en escuelas, santuarios religiosos, centros comunitarios y viviendas particulares. Las organizaciones locales intentan brindarles atención básica, pese a severas limitaciones.
A su vez, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, declaró que “el derramamiento de sangre y la violencia deben cesar” en Sweida, y llamó a construir una nueva Siria que “trabaje para todos sus ciudadanos, iguales en dignidad y sin discriminación”.
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Fuente y foto Prensa Latina