El mundo del cine perdió esta semana a una de sus figuras más emblemáticas. El legendario actor, director y activista Robert Redford falleció este 16 de septiembre de 2025. Nacido en Santa Mónica, California, el 18 de agosto de 1936, Charles Robert Redford Jr. se convirtió en el arquetipo del galán con una mezcla perfecta de belleza clásica, talento indudable y un espíritu indómito. Su partida deja un vacío inmenso, pero su legado perdurará en cada película que dirigió, en cada personaje que interpretó y en la huella que dejó en la industria.
Sus inicios fueron modestos, con trabajos en televisión y teatro en la década de 1950. Sin embargo, su carisma y presencia no pasaron desapercibidos. El gran salto a la fama llegó con su papel en la producción de Broadway de «Barefoot in the Park», en 1963, donde compartió escenario con Jane Fonda. El éxito de la obra teatral los llevó a protagonizar la adaptación cinematográfica de 1967, consolidando a Redford como una estrella en ascenso.
Fue con la película de 1969, «Butch Cassidy and the Sundance Kid», que su estatus de superestrella se selló para siempre. Junto a Paul Newman, formó una de las duplas más icónicas de la historia del cine. El dúo se reunió en 1973 para otra obra maestra: «The Sting». Este filme no solo arrasó en la taquilla, sino que le valió a Redford su primera y única nominación al Óscar como actor por su papel de Johnny Hooker.
Detrás de la cámara: Un genio narrativo
Más allá de su luminosa carrera como actor, Redford demostró un talento excepcional como director. En 1980, debutó con «Ordinary People», una conmovedora película sobre el dolor familiar que sorprendió a la crítica y al público. Con una sensibilidad y un control narrativo asombrosos, Redford se llevó el premio a la Mejor Dirección en los Óscar, superando a maestros como Martin Scorsese y David Lynch. Este triunfo marcó un punto de inflexión, demostrando que su visión artística no se limitaba a estar frente a la cámara.
Su carrera como director continuó con éxitos aclamados, incluyendo «The Milagro Beanfield War» (1988), «A River Runs Through It» (1992) y «Quiz Show» (1994). Esta última le valió otra nominación al Óscar a la Mejor Dirección, consolidando su reputación como un narrador magistral y metódico.
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El legado de un visionario: De Sundance a la inmortalidad
Pero el impacto de Robert Redford va mucho más allá de sus actuaciones y películas. En 1981, fundó el Sundance Institute, una organización sin fines de lucro dedicada a apoyar a cineastas independientes. Lo que comenzó como un pequeño taller para guionistas se transformó en el mundialmente famoso Sundance Film Festival, el epicentro del cine independiente y la plataforma de lanzamiento para las carreras de innumerables talentos, desde Quentin Tarantino hasta Steven Soderbergh. Con esta iniciativa, Redford se aseguró de que las voces frescas y originales tuvieran un lugar para ser escuchadas.
A lo largo de su vida, Redford recibió múltiples galardones que reflejan la magnitud de su talento y su contribución. Entre sus logros más importantes, se encuentra un segundo Óscar honorífico en 2002 por su trabajo como «actor, director, productor y por la creación de un faro para los artistas independientes», además de la Medalla Presidencial de la Libertad en 2016. A pesar de haber anunciado su retiro de la actuación en 2018 con «The Old Man & the Gun», nunca dejó de ser una figura relevante.
El 16 de septiembre de 2025, el mundo recibió la noticia de su fallecimiento. Su representante, a través de la familia, confirmó su muerte mientras dormía. La familia pidió respeto a su privacidad en este momento tan doloroso.
La figura de Robert Redford siempre representó una especie de ideal estadounidense: el hombre guapo, inteligente y de principios que no temía desafiar el status quo. Era un activista apasionado por el medio ambiente y un firme defensor del arte independiente. Fue el actor de la mirada pícara en «The Sting», el vaquero solitario de «Jeremiah Johnson» y el periodista incansable en «All the President’s Men». Fue un maestro.
Con su partida, nos queda el recuerdo de un hombre que encarnó el carisma y la inteligencia. Su legado no es solo un catálogo de películas, sino una escuela de cine, un festival que ha cambiado la historia y una inspiración para generaciones de artistas. Robert Redford no se ha ido del todo; su espíritu sigue vivo en cada historia que nos contó y en cada película que ayudó a hacer posible. Y eso, estimado lector, es la verdadera inmortalidad.
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