La IA y el conocimiento no automatizado

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La Inteligencia Artificial avanza rápido y muchos estudiantes se preguntan si su carrera tendrá futuro. La respuesta corta es sí, pero con matices importantes que conviene entender antes de elegir un camino profesional.

Existen tres tipos de conocimiento que las máquinas todavía no pueden reemplazar. No se trata de tareas difíciles o complejas, sino de funciones que requieren algo más que procesar información.

El primero es el conocimiento que exige responsabilidad legal. Un médico no solo diagnostica, también firma y responde ante la ley si se equivoca. Un abogado no solo redacta contratos, también los defiende en juicio. Las máquinas pueden ayudar, pero alguien humano debe asumir las consecuencias.

El segundo es el conocimiento que se produce en el terreno. Periodistas de investigación, trabajadores sociales, antropólogos y negociadores necesitan estar presentes físicamente. Leen gestos, perciben tensiones y captan información que no aparece en ninguna base de datos.

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El tercero es el más curioso: el conocimiento que requiere legitimidad social. Una IA puede enseñar contenidos, pero no puede otorgar un título universitario. Un algoritmo puede optimizar decisiones empresariales, pero no puede dar la cara ante los accionistas.

Esto no significa que esos trabajos estén blindados para siempre. Las leyes pueden cambiar, la tecnología puede avanzar y la sociedad puede aceptar nuevos roles para las máquinas. Pero ese proceso tomará tiempo.

¿Qué pueden hacer los estudiantes mientras tanto? Desarrollar habilidades que complementen a la tecnología en lugar de competir contra ella. Pensamiento crítico, comunicación interpersonal y capacidad de juicio ético son difíciles de programar.

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También conviene especializarse en áreas donde el contexto humano sea fundamental. La curaduría cultural, el liderazgo de equipos, la mediación de conflictos y la investigación cualitativa seguirán necesitando personas.

El mercado laboral del futuro no será de humanos contra máquinas. Será de humanos que saben usar máquinas contra humanos que no. La clave está en entender qué aporta cada uno.

La pregunta ya no es si la IA te quitará el trabajo. La pregunta es qué tipo de profesional quieres ser cuando trabajes junto a ella.