CIUDAD DEL VATICANO.- En su homilía por Navidad, el pontífice estadounidense expresó profunda preocupación por un modelo económico que deshumaniza al ser humano. Durante la celebración del nacimiento de Cristo en la basílica de San Pedro, ante aproximadamente 6.000 asistentes, denunció que «una economía distorsionada induce a tratar a los hombres como mercancía».
El papa León XIV subrayó que el propósito divino consiste en que «para iluminar nuestra ceguera, el Señor quiso revelarse al hombre como hombre, su verdadera imagen, según un proyecto de amor iniciado con la creación del mundo». Recuperó además el pensamiento de su predecesor al recordar que «mientras la noche del error oscurezca esta verdad providencial, tampoco queda espacio para los otros, para los niños, los pobres, los extranjeros».
🕊️ La paradoja de acoger a la humanidad
Desde esta perspectiva teológica, sostuvo que no es posible rechazar a unos sin rechazar a otros. Explicó que la verdadera hospitalidad hacia lo humano abre espacios también para la divinidad: donde existe consideración por el hombre, existe lugar para Dios. El pontífice enfatizó que el nacimiento del infante Jesús representa que «Dios da al mundo una nueva vida, la suya, para todos» y que esta revelación no es meramente especulativa, sino «una historia de amor que nos involucra».
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🌟 Dios ante las vulnerabilidades humanas
Desarrolló su reflexión explicitando cómo la divinidad responde a las condiciones de los pueblos. Afirmó que, ante las expectativas de los pueblos, envía un niño, para que sea palabra de esperanza; ante el dolor de los miserables, envía alguien indefenso, para que sea fuerza para levantarse; ante la violencia y la opresión, Él enciende una suave luz que ilumina con la salvación a todos los hijos de este mundo».
Este mensaje adquiere particular relevancia cuando observa que «mientras una economía distorsionada induce a tratar a los hombres como mercancía, Dios se hace semejante a nosotros, revelando la dignidad infinita de cada persona. Mientras el hombre quiere convertirse en Dios para dominar al prójimo, Dios quiere convertirse en hombre para liberarnos de toda esclavitud».
🎄 Las tres dimensiones de la festividad cristiana
Cerró su homilía destacando que «la Navidad, que es fiesta de la fe, de la caridad y de la esperanza». Desarrolló cada dimensión: «Es fiesta de la fe, porque Dios se hace hombre, naciendo de la Virgen. Es fiesta de la caridad, porque el don del Hijo redentor se realiza en la entrega fraterna. Es fiesta de la esperanza, porque el niño Jesús la enciende en nosotros, haciéndonos mensajeros de paz. Con estas virtudes en el corazón, sin temer a la noche, podemos ir al encuentro del amanecer del nuevo día».
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Antes de ingresar al templo, el pontífice sorprendió a los fieles congregados en la plaza. Aproximadamente 5.000 personas permanecían en el exterior bajo lluvia para seguir la transmisión. Dirigiéndose en inglés, expresó: «La basílica de San Pedro es muy grande, pero no tan grande para recibir a todos vosotros. Por ello, gracias por su valor por estar esperando aquí esta tarde».
Luego, en italiano, continuó: «Gracias por venir también con este es tiempo. Vamos a celebrar la fiesta de Navidad. El niño que ha nacido y que nos trae la paz, nos trae el amor de Dios».
León XIV está previsto que se dirija nuevamente a los fieles este jueves desde el balcón de la Logia central para difundir su mensaje navideño e impartir la bendición universal «Urbi et Orbi» (A la ciudad y al mundo).
Foto @Vatican Media
