La peor pesadilla para el capo del cártel de Sinaloa, Joaquín Archibaldo Guzmán Loera, es su inminente extradición a Estados Unidos, donde es reclamado por los tribunales federales de Arizona, Texas, California, Illinois, Florida y Nueva York, por narcotráfico, lavado de activos y conspiración criminal.
Las bravatas del “Chapo” Guzmán eran en realidad el cliché que acuñó el difunto Pablo Escobar cuando, al igual que el mafioso azteca, fugó de la cárcel del Envigado ante su inminente extradición y, después de vivir a salto de mata, terminó acribillado a balazos, por lo que ahora sus restos reposan en un lujoso mausoleo en Colombia.
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Hasta julio pasado, “El Chapo” Guzmán había logrado, mediante sendos recursos de amparo, que algunos jueces “garantistas” denegaran la extradición aduciendo de que primero debía ser juzgado y cumplir con su condena en México.
Aparentemente, el mafioso no se negaba a ser procesado judicialmente, a sabiendas que no sería extraditado, pero su soberbia de querer ser el “jefe de los jefes” y recuperar el control del cártel de Sinaloa lo llevaron a planear la espectacular fuga del pasado 11 de julio, a través de un túnel increíblemente acondicionado.
Es decir, el “Chapo” Guzmán se disparó a los pies porque la tercera fuga demostró que sí existía un alto riesgo de fuga, estaba decidido a burlar la justicia azteca y, además, es improbable que el presidente Enrique Peña Nieto se arriesgue a otra fuga de la que tanta gala hace el aspirante a Vito Corleone tercermundista.
La caída de La Barbie
El pasado 7 de enero el narcotraficante Edgar Valdez Villarreal (a) «La Barbie», uno de los líderes del cártel de Beltrán-Leyva y amigo de negocios del «Chapo» Guzmán, sorpresivamente se declaró culpable de importar y distribuir cocaína en Estados Unidos, así como de lavado de dinero, ante la Fiscalía del Distrito Norte de Georgia.
La confesión de «La Barbie», quien había guardado silencio desde su extradición en agosto del 2010, según el fiscal general, John Horn, se realizó voluntariamente y el mafioso no pidió beneficios penitenciarios para reducir la larga condena que le espera, lo que por cierto parecía más un saludo a la bandera.
De acuerdo con el funcionario, la forma en la que operaba el narcotraficante en la zona es una muestra de la presencia de los cárteles de la droga mexicanos en el sureste de Estados Unidos, quien además agradeció la cooperación de las autoridades mexicanas en la detención y extradición del capo de la droga.
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A los pocos días, de acuerdo a la Procuraduría General de la República, una llamada anónima alertó a los comandos de la Marina de México sobre la presencia de mafiosos en una residencia de “Los Mochis”, en Sinaloa, por lo que se organizó el espectacular operativo con helicópteros, donde fue capturado «El Chapo».
Al guardarse en reserva la identidad del denunciante surgieron versiones de que el “dato” habría sido proporcionado por los hombres de “La Barbie” quien, de esa manera, hizo su última jugada judicial.
Alistan la extradición
Mientras la defensa de “El Chapo” Guzmán recurre a los recursos de amparo para evitar el proceso de extradición, la Procuraduría General de la República mexicana confirmó la intención de las autoridades mexicanas de poner en marcha el proceso solicitado por Estados Unidos.
La maquinaria judicial se pone en marcha y “El Chapo” Guzmán tendrá tres días para plantear excepciones y 20 días más para probarlas, tras los cuales podrá ser extraditado hacia Nueva York, en primera instancia. Con lo que empezará la peor pesadilla para el capo del cártel de Sinaloa… aunque se haya ahorrado la tumba en México.