Todo parece indicar que sí, pues desde entonces nuestros equipos patrios no han podido clasificar a mundiales de mayores y hemos descendido a nivel sudamericano, en ambas disciplinas deportivas, con notable molestia del hincha, al que solo le queda vivir del recuerdo.
Comienzo por el fútbol, cuyos cambios fueron iniciados y propiciados por Joao Havelange, en su último año de gobierno en FIFA, en el Mundial Estados Unidos 1994. Recuérdese que el brasileño hasta metió dirigentes de su confianza a la International Board, entidad que desde la fundación de FIFA, en 1906, estaba integrada por cuatro miembros de Gran Bretaña o Reino Unido: Inglaterra, Escocia, Irlanda y País de Gales y manejaban las Reglas de Juego en el mundo entero, pues siempre se les respetó como inventores del fútbol.
Havelange, hombre de empresa, dueño de “O Globo” que en Brasil tenía diarios, radio y televisión, sabía que al fútbol había que premiar mejor el triunfo y por eso comenzó a brindar tres puntos al ganador y solo uno a los empatadores. O sea que el empate estaba, y lo está, más cerca a la derrota.
También permitió una zona de protección a los delanteros, donde, si eran frenados por foul o una mano deteniendo la pelota, el árbitro debía sancionar con tarjeta amarilla o roja, según la gravedad del caso.
Se suponía que estas modificaciones beneficiarían al fútbol peruano, cuya técnica, mostrada, especialmente en México 1970 y la primera parte de Argentina 78, hasta llegó a tildarse de “juego bonito”, como el brasileño, pues inicialmente lo impuso Didí, con las combinaciones de Challe, Sotil y Cubillas, y luego siguieron con Cueto, otro gran dominador de balón.
Pero FIFA introdujo otra modificación que terminó de frenar nuestras ansias de llegar a los mundiales de fútbol. Para Sudamérica dejó de lado los grupos eliminatorios y decidió que todos se enfrenten entre sí, teniendo en cuenta que solo la integran 10 países. Esto ocurrió para Francia 1988 y entonces nos quedamos a un paso de clasificar cuando el enemigo de siempre, Chile, se burló de nuestro Himno Nacional en el partido en Santiago, lo que desconcentró a nuestros jugadores, dirigidos por Juan Carlos Oblitas, cayendo por doloroso 4-0, que permitió a ellos la clasificación por mejor diferencia de goles, pues estábamos empatados en el cuarto lugar con 25 puntos.
Lo sucedido después ha sido para la pena y la vergüenza y los hinchas de 35 años no saben lo que es ver al Perú en un mundial de Fútbol y hace 41 años que ganamos nuestra segunda Copa América en 1975. Solo nos queda vivir del recuerdo…
Con Akira Kato y Lucha Fuentes, comienza el despegue del vóley en 1967…
Los sonados triunfos peruanos en el vóley sudamericano y mundial, se dan cuando los partidos sólo se jugaban a 15 puntos por set y así ganamos el Sudamericano de Santos, Brasil, donde sorprendimos a las dueñas de casa con el japonés Akira Kato de entrenador y un equipo de jovencitas, donde la jugadora más sobre saliente y la mejor del torneo fue Lucha Fuentes, con solo 15 años de edad.
Yo estuve presente en ese Sudamericano, como enviado especial de “Última Hora”, y doy fe de la gran actuación del equipo nacional, integrado por Esperanza “Pilancho” Jiménez, como levantadora y capitana, e Irma Cordero, recepcionista, las únicas que habían quedado de las chicas que lograron el título en Argentina en 1963 y donde Brasil no llevó equipo femenino, pues estaba seguro de recuperar la corona en ese sudamericano.
La llegada de Akira había ocurrido en abril 1965 y en los primeros entrenamientos mandaba pelotazos que muchas veces chocaban en el cuerpo y hasta la cabeza de las jugadoras, que una a una se fue retirando. Solo quedaron “Pilancho” e Irma.
Y Akira debió hacer giras a provincias y de Ica trajo a Lucha Fuentes se solo 13 años y de Pisco a Ana María Ramírez y Alicia Sánchez, también de 14 años, además que de Lima también se fueron incorporando valores como Norma Velarde, Rita Pizarro, Olga Asato. En noviembre de ese año Akira debutó en los Juegos Bolivarianos de Ecuador, ya con Lucha de 14 años y ganó el torneo invicto.
En el sudamericano de Santos ganó todos sus partidos 3-0 y con Brasil solo cedió el tercer set, pues empezó ganando, en un coliseo totalmente adverso, 15-3 y 15-8. Ese tercer set lo perdió 12-15, pero el cuarto set lo volvió a hacer suyo por 15-12, mereciendo el aplauso final de las pobladas tribunas, que valoraron el mejor juego de las peruanas.
Clasificamos a los Juegos Olímpicos de México 1968, donde el equipo peruano luchó la medalla de bronce, que finalmente la ganó Checoslovaquia. Nuestro vóley ya había crecido.
En 1974, por un problema con el gobierno militar, Akira dejó el cargo e ingresó el coreano Man Bok Park, quien, con una nueva generación, encabezada por Cecilia Tait, mantuvimos la supremacía sudamericana y en 1982 alcanzamos el segundo lugar en el Mundial celebrado en Lima, en el Coliseo Amauta y en 1988 peleamos el oro olímpico en los Juegos de Seúl, donde debimos conformarnos con la medalla de plata.
Cambios en el vóley se dan en 1999, con 25 puntos para ganar un set y se crea la “libero”
Los comentaristas deportivos no han analizado cuándo y porqué se amplían a 25 los puntos para ganar un set en el vóley mundial y otras modificaciones, que lo han agilizado, es verdad, pero que es necesario que se difunda.
Los cambios ocurrieron en un Congreso de la organización mundial del vóley celebrada en Tokio en 1999 y donde se determinó que el set se ganaría con 25 puntos. Se eliminó el mal saque inicial, pues antes se podía volver a sacar, sin problemas, como en el tenis. Se creó al “libero” jugador/a, especialista opcional en defensa, que debe estar vestido de manera diferente y cuya acción en la cancha es muy definida. Al parecer, nuestro vóley actual parece no haber asimilado estos cambios adecuadamente, especialmente la acción del “libero”, pues acabamos de perder, ante Argentina, la mejor opción para clasificar a los próximos juegos Olímpicos de Río de janeiro… Interesante, ¿verdad? Hasta la próxima.