Juan Reynoso en la final del play off del campeonato peruano del año pasado entre Melgar y Sporting Cristal dejó la imagen de un entrenador ganador que le daba a Daniel Ahmed una lección de cómo jugarse una final.
Han pasado escasos meses y mientras Ahmed disfruta de su trabajo con los menores en la Videna, Reynoso es la estampa inversa del entrenador que se lanzó a la ventura copera sin saber que había un semáforo en rojo.
Sin estar lo suficientemente cubierto Reynoso le quema la responsabilidad de haber conducido una tropa desvalida conducida al despeñadero para acabar una dolorosa campaña con goleada de 4-0 ante Atlético Mineiro en Brasil.
Reynoso que es un dulce amargo como persona, declara lo necesario, la prensa no lo tiene entre sus preferidos. Casi siempre silencioso acompañado de un rostro de eterna seriedad, se despidió de la Copa Libertadores con cero puntos.
¿Es culpable Reynoso del desastre del fútbol peruano? Obviamente que no puede cargar él solo esa pesada cruz. La debacle mistiana refleja la pobreza de nuestro fútbol, alejando de verdaderas instituciones que trabajan con seriedad y formalidad. Eso que sobra en clubes del extranjero, nos falta a nosotros.
Reynoso algo de culpa arrastra. Esa terquedad suya de no defender el mantenimiento de los jugadores que pelearon el título. Esos jugadores se fueron y los reemplazos no llegaron. Reynoso no los pidió. Y si lo hizo, los dirigentes pensaron que con lo que tenían pasarían por encima de Independiente del Valle de Ecuador, Colo-Colo y Atlético Mineiro.
Una absurda decisión que refleja la incapacidad y visión de directivos aprendices que no se enteraron, por ejemplo, que Robinho era el futbolista que Atlético Mineiro apostó para la campaña copera.
Con Sporting Cristal pasa casi lo mismo aunque en el Rímac sí hubo decisión de apuntalar las piezas que ya no estaban. Sin embargo la salida del César ‘El Picante’ Pereira y de Sergio Blanco se hizo extrañar. Santiago Silva, Gabriel Costa, Jair Céspedes y Alfredo Ramúa no encajaron del todo bien porque de otro modo se hablaría de que Cristal pasaba la fase.
Huracán, Peñarol y sobretodo Atlético Nacional, dieron un nuevo aviso de que tenemos que pisar tierra y revisar que es lo que falta, en que se falla. Se repite cada año las tempranas eliminaciones. Como ahora, como sucede años atrás.
Lo peor es que llena de vergüenza los resultados, como que Melgar se quede en cero puntos como ocurrió antes dos veces con Alianza Lima y una vez Sporting Cristal. Nada mejora y es mejor un pacto dirigencial que no tomen a la ligera una nueva participación en la Copa Libertadores.