Ocurrió el 31 de mayo, como dentro de algunos días, pero de 1970, cuando un terremoto, que tuvo su epicentro en el Callejón de Huaylas, pero se sintió en todo el Perú, afectando más la zona norte, causó la muerte de 50 mil compatriotas y dejando en el llanto y el desamparo a sus familiares y amigos.
Fue una tragedia que causó consternación mundial. Yo estaba en el Mundial México, pues ese día empezó el magno torneo, con el partido entre el dueño de casa y la Unión Soviética, en el estadio Azteca. En el Centro de Prensa, ubicado en la avenida Reforma, algo se comentaba, pero yo estaba más atento a lo que debía escribir y también pensando en apurarme, pues de León mis otros compañeros de “Última Hora”, me debían hacer llegar sus entrevistas y notas, más fotografías de las ocurrencias de nuestro seleccionado, entrenado por Didi.
De pronto, por los altos parlantes, avisaron que había una llamada telefónica para un periodista de “Última Hora” de Lima, Perú. Y fui a contestar. Era César Hildebrandt, quien jovencito de 20 años, había ingresado el año anterior a trabajar en deportes de ese vespertino como diseñador. Me aviso de la gravedad del terremoto, que estuviese tranquilo, así como los otros colegas que estaban en León, pues nada había ocurrido a nuestras familias.
También me contó que con el colega Justo Linares habían ido a los hogares de los jugadores, cuyos familiares escribieron cartas y que el presidente del Comité Nacional de Deportes, Dr. Javier Aramburú Menchaca, las estaba llevando en el vuelo de Aero Perú del día siguiente.
De inmediato hice llegar las informaciones a Lima y hablé telefónicamente con el equipo periodístico que estaba en León, para que se comunicaran con los dirigentes del seleccionado que llegaríamos con tan valiosas misivas.
En Guanajuato y con Los Ases del Perú, les alegramos la tarde con Himno y jarana…
Los colegas de León, nos avisaron que, por medidas de seguridad, los dirigentes del equipo, habían preferido pasarse a una hacienda en la localidad de Guanajuato y que la seguridad era muy estricta, pero que no nos preocupásemos, pues nos estarían esperando.
Ya he contado que el Dr. Javier Aramburú Menchaca trajo las cartas y como en mi hotel habían contratado a los “Ases del Perú”, Oswaldo Campos y Eddy Martínez, para amenizar a los más de 250 peruanos que había llevado una agencia de turismo, me fue fácil convencerlos para que nos acompañasen.
En el hotel de Reforma, le brindaron a Aramburú Menchaca un auto inmenso y en plena avenida Reforma, ante los espaciosos jardines, el presidente del Comité nacional de Deportes, le dio indicaciones al chofer, que en la bolsa, en que llevaba las cartas, que vació en su asiento, recogiese tierra para llevarla a la concentración.
Nadie preguntó nada, pues don Javier tenía un don de mando, tan serio y seguro, que no cabían preguntas que pudiesen alterar sus nobles propósitos. Lo cierto es que llegamos a la hacienda en Guanajuato y los guardianes nos detuvieron para pedir instrucciones. En esa época no había celulares y otros periodistas también querían ingresar, pero no los dejaron pasar.
De pronto los portones se abrieron y tuvimos luz verde para el ingreso, con el reclamo airado de los otros colegas, que llegaron hasta el insulto.
Los dirigentes de la Federación de Fútbol fueron a recibir al Dr. Aramburú, quien les entregó las cartas a nombre de “Última Hora” y presentándoles a los “Ases Perú” les pidió hablar con los jugadores en un local aparente.
Como eso ya lo sabían estos dirigentes, pues les había dicho a los colegas de ”Última Hora”, que ni Campos ni Gonzales tocaban algún instrumento y solo cantaban, en una sala grande, ya estaban afinando su guitarra el “Muerto” Javier Gonzáles, mientras “Cachito” Ramírez hacía hablar al cajón.
Pero Aramburú Menchaca dijo que primero había que cantar el Himno de Perú y mostrando entre sus manos la tierra recogida, dijo con gran unción, que “esta es la tierra que se ha movido en el Perú, causando la dolorosa muerte de 50 mil paisanos. Debemos cantar por ella y hacer un juramento después”.
Se cantó el Himno con una emotividad tremenda y luego de los aplausos y los Arriba Perú, Aramburú Menchaca les pidió a los jugadores que se acercaran y tocaran la tierra, jurando que al día siguiente se darían íntegros para ganarle a Bulgaria, iniciando el mundial. Comenzó el ritual el mismo titular del CND, quien además de buen dominio del idioma y facilidad de palabra, hablaba fuerte y con energía, por lo que le decían “Boca de Playa” y los jugadores le siguieron con el ¡¡¡Si, juro!!!.
Enseguida continuaron “Los Ases del Perú”, cantando “Perú Campeón” y otros temas, siempre con González y Ramírez en la guitarra y la percusión. Una jarana sensacional.
Nos iban ganando 2-0, el gesto de Gallardo, su gol, luego el de Chumpi y remata Cubillas
En el primer tiempo, hubo desconcierto en la defensa peruana y Bulgaria se puso adelante a los 13 minutos. Empezando el segundo tiempo, Bonev, su peligroso centro delantero, se adelantó a Rubiños y marcó el 2-0. Ya Sotil había ingresado por Baylón y se generaban buenos ataques peruanos. Ese 2-0 dolió en el alma.
Pero Alberto Gallardo bajó desde su punta izquierda, para palmotear el hombro de Rubiños para levantarle la moral y tratar de remontar el marcador adverso. Y ahí nada más, un ataque que inició Gallardo lo culminó con su habitual dinamita, poniendo el 2-1.
Sotil enloquecía la defensa búlgara y en una jugada cercana al área lo faulearon, motivando tiro libre que sancionó el árbitro italiano. Chumpitaz tomó carrera y antes de rematar trastabilló y casi cayéndose logró rematar bajo a un ángulo, marcando el 2-2. Se jugaba el minuto 55.
Perú seguía atacando con triangulaciones que volvía loca a la defensa búlgara, hasta que en el minuto 73, una pícara jugada de toques entre Challe y Sotil, siguió con pase inesperado a Cubillas, quien lanzó un remate tan bien dirigido, que el arquero rival solo pudo hacer vista. Ya estábamos 3-2. El triunfo era nuestro. Y así acabo tan histórica contienda.
El gesto de Gallardo, el golazo triunfal de Cubillas y el triunfo final, fue una inmensa alegría para un Perú todavía dolido por el terremoto y los muertos. Una grata sonrisa para un pueblo dolido y amante del fútbol… Hasta la próxima.