La matanza de 49 personas en la discoteca Pulse de Orlando, con el mismo modelo del rifle de asalto, no impidió que los lobbies se impusieran en el Senado de EEUU para no endurecer los controles de las armas de guerra, en lo que el presidente Barack Obama calificó de “vergüenza nacional”.
Para variar, el controvertido candidato presidencial republicano, Donald Trump, se ha convertido en el “abanderado” de la llamada “pistolización” para apoyar a la Asociación Nacional del Rifle ,ANR, y plantear incluso que estudiantes y maestros porten armas en las universidades como “defensa ciudadana contra los terroristas o perturbados mentales.
De esta manera la tan cuestionada “pistolización” se convierte ahora en uno de los temas centrales en la campaña electoral de Estados Unidos, con el consiguiente ingreso de los grandes lobbies que defienden a rajatabla la segunda enmienda constitucional sobre el derecho de cualquier individuo a la tenencia, uso y transporte de armas, con fines defensivos, deportivos, cinegéticos (como medio de supervivencia o deporte), escolta privada o de otra naturaleza, sin perjuicio de otras actividades legales que pudieran realizarse con las mismas.
Es decir la venta libre de armas de guerra como el tristemente famoso rifle semiautomático tico AR 15 utilizado en las últimas matanzas.
Y, aunque parezca absurdo, la ANR no tuvo mejor idea que apoyar la difusión de un video donde se deja traslucir la “hipocresía” del presidente Barack Obama de tener a sus hijas vigiladas por hombres armados a la vez que pide ‘zonas libres de armas’ en los colegios.
Ante el escándalo suscitado, los representantes de la ANR respondieron que la mención indirecta a las hijas de Obama no tiene nada que ver con el objetivo de la campaña de seguridad en los colegios.
La cruzada de Obama
El presidente Barack Obama visitó la ciudad de Orlando, donde se produjo el mayor atentado de la historia del país con armas de fuego. El mandatario estadounidense rindió homenaje a las víctimas y exhortó nuevamente a restringir la venta de armas en EEUU, acusando a los políticos del país de falta de acción.
«Nuestros políticos se pusieron de acuerdo para facilitar, en la medida de lo posible, la compra legal de unas armas increíblemente potentes por parte de los terroristas», declaró Obama a los periodistas tras hablar con los familiares de las víctimas.
«Los que defienden el acceso libre a las armas, deberían reunirse con estas familias —las de los fallecidos—», añadió el presidente.
En la noche del 12 de junio, el estadounidense de origen afgano y de 29 años de edad, Omar Mateen, mató a disparos a 49 personas e hirió a más de 50 en una discoteca gay antes de ser abatido por la policía.
Mateen trabajó en una empresa privada de seguridad y pudo comprar de manera legal un fusil automático, el cual usó para cometer el atentado.
Hace unos años, el FBI investigó a Mateen «por eventuales vínculos con terroristas». Durante el ataque el criminal llamó a los servicios de urgencia para reivindicar su lealtad al Estado Islámico antes de que los policías lanzaran el asalto.
El 13 de junio este grupo terrorista, proscrito en Rusia y otros países, reivindicó en su radio la autoría de esta matanza.
En este contexto Obama volvió a llamar al Congreso a endurecer las normas para la venta de armas en EEUU tras señalar que la masacre representa un recordatorio más de lo fácil que es conseguir un arma que «permite disparar a gente en una escuela, un lugar de culto, un cine o una discoteca».
«Lo que antes era una excepción para coleccionistas se ha convertido en una industria masiva, donde hay gente que dice que no está haciendo negocio vendiendo armas cuando en realidad sí lo está», explicó el mandatario, citado por la agencia Efe.
«Respeto la Segunda Enmienda; respeto el derecho a portar armas… pero creo que estamos de acuerdo en que tiene sentido hacer todo lo posible para mantener las armas lejos del alcance de gente que puede hacer daño a otros», manifestó el mandatario.
» Podemos prevenir algunas tragedias. Pero si nos quedamos sin hacer nada, seguiremos viendo masacres», concluyó Obama.
«Hoy es un día de gran vergüenza para Washington». Con esta frase resumía el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, su frustración y su enojo tras la votación en el Senado que tumbó lo poco que quedaba ya de su propuesta original contra la violencia causada por las armas de fuego.
La iniciativa del presidente había sido podada y suavizada hasta que fue posible presentarla como un acuerdo entre los dos principales partidos (demócrata y republicano); tenía el apoyo, según las encuestas, de cerca del 90% de la población y, tal vez lo más importante, llegaba con los niños muertos en la matanza de la escuela de Newtown, ocurrida hace solo cuatro meses, muy presentes aún en la memoria.
A pesar de que, además, la mayoría de los senadores votaron a favor (54, frente a 46 en contra), la propuesta fue rechazada, al no conseguir los 60 votos que necesitaba para poder ser aprobada en el Senado.
https://www.youtube.com/watch?v=wRXiCeRZkTM
Para los padres de las víctimas de Newtown y de tantas otras matanzas similares, la votación del Senado fue, probablemente, el peor momento de una semana ya de por sí excepcionalmente trágica, en la que la sociedad estadounidense ha tenido que hacer frente a un impactante atentado terrorista (las bombas en el maratón de Boston, con tres muertos y más de 170 heridos) y a un dramático accidente (la explosión en una fábrica de fertilizantes de Texas, con al menos 14 fallecidos).
Estas son, en preguntas y respuestas, las claves de la propuesta de Obama y de por qué no ha salido adelante en un país donde cada hora se producen tres muertes por armas de fuego; donde, en los últimos 20 años, se han contabilizado 23 tragedias similares a la de la escuela de Newtown, con un balance de más de 60 muertos.
Actualmente hay más de 50.000 establecimientos autorizados para la venta de pistolas, rifles e incluso ametralladoras en todo EE UU, y en los últimos tres años y medio las ventas del fabricante Smith & Wesson, por ejemplo, se han disparado un 44%.
Existen registros locales de armas y de sus puestos de venta, criterios de selección de sus compradores (edad, salud mental, experiencia en armas y antecedentes penales) y algunas restricciones a ciertos tipos.
Sin embargo, la efectividad de las leyes estatales es muy limitada, ya que es fácil adquirir armas en estados restrictivos vecinos a otros más tolerantes. .
¿Cuál era la propuesta original de Obama? Como respuesta a la matanza del pasado 14 de diciembre, cuando un joven armado mató a 25 personas (la mayoría, niños) antes de acabar con su vida, en una escuela infantil en Newtown (Conneccticut), Barack Obama lanzó, el 16 de enero, la mayor propuesta sobre el control de armas en dos décadas.
https://www.youtube.com/watch?v=hoctQFuHhbU
El plan incluía 23 decretos presidenciales, que no necesitan la aprobación del Congreso y que el presidente firmó el día 16 con la presencia de familiares de las víctimas de Newtown, y varias propuestas legislativas que deberían ser discutidas en las cámaras legislativas.
Las ordenes presidenciales firmadas por Obama y las propuestas legislativas estaban destinadas a evitar que las armas lleguen a manos inadecuadas, prohibir la venta de las armas de asalto, aumentar la seguridad en las escuelas y mejorar los servicios de salud mental.
Las propuestas legislativas, mucho más concretas, tenían, por su parte, tres pilares fundamentales: prohibir los rifles de asalto, limitar el número de balas en los cargadores, y extender el control de los antecedentes a todas las transacciones de armas.
Tras fracasar el pasado mes de marzo el intento de prohibir los rifles de asalto, al final, de los tres ejes principales de la propuesta legislativa de Obama, solo el referido a la extensión del control de los antecedentes obtuvo el apoyo suficiente para poder ser votado en el Senado.
La propuesta, que aún así seguía siendo la más ambiciosa en los últimos 20 años, fue promovida como un acuerdo bipartito por un senador demócrata, Joe Manchin, y otro republicano, Pat Toomey.
En concreto, la iniciativa habría obligado a todos aquellos que compren armas en cualquier tipo de transacción, incluyendo a través de Internet o en las ferias especializadas, a someterse a una supervisión de su historial policial y psiquiátrico, con el fin de evitar que las armas puedan ser adquiridas por criminales o enfermos mentales.
Para salir adelante, la enmienda necesitaba al menos 60 votos favorables, ya que los republicanos habían logrado impedir que pudiera ser aprobada por mayoría simple. Votaron a favor 54 senadores, y en contra, 46, por lo que la propuesta fue rechazada. Solo cuatro senadores republicanos la respaldaron, y cuatro demócratas se opusieron .
Los cuatro senadores demócratas que votaron en contra, y cuyos votos eran claves para que la propuesta prosperase, proceden de estados con una importante población rural (tradicionalmente en contra del control de armas) y, a pesar de que invocaron sus principios, lo cierto es que tres de ellos (Mark Begich, de Alaska; Mark Pryor, de Arkansas, y Max Baucus, de Montana) se juegan la reelección el año que viene.
La cuarta, Heidi Heitkamp, de Dakota del Norte, ha insistido en varias entrevistas en que las armas son «un modo de vida» en su estado, y uno de sus carteles en la campaña electoral rezaba: «Escuelas, tractores y armas».
Es decir…