El Mundial de México 86 trae un recuerdo que atañe a Perú porque el seleccionado peruano a punto estuvo de sacar a Argentina de la cita mundialista y de ese modo el equipo de Diego Armando Maradona no llegaba a ser el campeón del mundo.
El fútbol guarda una correspondencia con la realidad tan pequeña como un frágil hilo que todo lo invierte, de la proeza a lo absurdo. De estar Perú clasificado pero una atajada magistral del ‘Pato’ Fillol a Julio César Uribe en el último instante, privó a la selección peruana de clasificar y permitir que Argentina clasifique. Así de simple pero quién podría ser capaz de descifrar los recovecos del fútbol.
Argentina llegó al mundial azteca con Diego Armando Maradona vigente y en su momento cumbre como futbolista. Sin embargo más allá del recuerdo del título logrado, el detalle más emblemático ocurre el 22 de junio de 1986 cuando el ‘Pibe’ anota el recordado tanto con la ‘Mano de Dios’ y luego el extraordinario gol en el arco de Peter Shelton, tan excepcional que fue calificado como el mejor del siglo.
Maradona desde su campo apiló a todos los ingleses que le salían al paso y él mismo definió con una soberbia calidad que puso al e equipo argentino en la antesala del cetro. Shelton nada pudo hacer y así lo recuerda 30 años después.
En el Estadio Azteca, la monumental obra dedicada al fútbol en México, hay una placa que se resiste al paso del tiempo. Una inscripción en la piedra volcánica atrapa el histórico momento.
“El Estadio Azteca rinde homenaje a Diego Armando Maradona por su extraordinario gol anotado en el partido Argentina-Inglaterra con el cual pasaron a las semifinales. 22 de junio de 1986″, recuerda la placa clavada en piedra volcánica de la base del estadio.
La placa no dice de cuál gol de trata porque ambos goles ocurrieron en esa tarde mágica. El gol de la ‘Mano de Dios’ fue un escándalo porque el Diego se valió de una viveza para anotar el gol.
El que no vio la mano, pero sí validó el tanto, fue el árbitro de Túnez Alí Benneceur, quien todavía hoy defiende su decisión al señalar que lo marcó como bueno porque su línea, el búlgaro Bogdan Dotchev, corrió al centro del campo.
Y ahí quedó todo, el gol fue bueno
En 2015, durante un viaje a Túnez, Maradona se reunió con Benneceur y le ofreció su amistad eterna al regalarle una camiseta de la selección de Argentina con la dedicatoria “para Alí, mi amigo eterno”; el árbitro le correspondió con una foto del día del juego.
Ya retirado, Benneceur asegura que el gol de la mano de Dios no fue su responsabilidad y se siente orgulloso de haber pitado un partido en el que estuvo “el mejor jugador del mundo”, conservó su camiseta y vio el mejor gol del siglo.
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