Es bueno que la fe se haya recuperado y son los hinchas los que mejor expresen ese sentimiento de enlazarse con la actual realidad de la selección peruana. La comidilla preferida está direccionada a la elaboración de la nueva estructura colectiva para darle un buen baile rociado con pisco a los argentinos.
La euforia futbolística lleva a exagerados pedidos que ni el mismo Ricardo Gareca pueda que haya considerado en momentos que la calma tranquilice el hervor tribunero para pensar con serenidad el mejor planteamiento ante la selección de Maradona.
Sin tener en cuenta que el proceso generacional está en marcha hay un masivo y desquiciado pedido que se inclina a traer a los ‘extranjeros’ que estuvieron marginados para la Copa América Centenario y la fecha doble en las Eliminatorias Rusia 2018.
La convocatoria de Claudio Pizarro, Jefferson Farfán, André Carrillo, Yordy Reyna, Luis Advíncula, Carlos Ascues y Alexander Callens forman parte de un festín de convocados por parte de los hinchas.
No hay que complicarle la vida a Ricardo Gareca porque faltando menos de un mes para el partido contra los albicelestes no podría tener tiempo para agruparlos para enlazarlos en el nivel competitivo alcanzado en los partidos últimos.
Con Jefferson Farfán y André Carrillo sería suficiente para ser acoplados en el equipo y darle mejor fortaleza para la pulseada contra el once de Lionel Messi en octubre próximo.
Por ahí Carlos Ascues podría tallar para encajar en la zaga que ya tiene buen recaudo con Christian Ramos, Miguel Araujo, el propio Luis Abram si logra recuperarse y el regreso de Alberto Rodríguez.
La gananciosa tarea de sacar un valioso 2-1 a Ecuador en Lima ha provocado esta oleada de optimismo porque evidencia la buena conexión del aficionado con la bicolor.
La presencia del hincha y su aliento fervoroso en todas las apariciones del equipo en las buenas y las malas, refleja el hambre de ver a Perú nuevamente en un Mundial.
Lo malo es que el entusiasmo se apague en los partidos venideros ante Argentina y Chile aunque, de acuerdo a lo que el hincha propone, no es el momento de quitarle la sonaja a estos momentos de alegría.
Habrá entonces que alargar la soga de la esperanza hasta donde alcance. Nomás que sea bastante larga que llegue hasta Rusia 2018.