La Copa Sudamericana tiene un buen recuerdo para el fútbol peruano con la actuación de Cienciano al ganarla en el 2003. El presente no es tan colorido con campañas de los equipos peruanos que han participado todos estos años convertidos en fiambre preferido de los rivales para dejarnos con las manos vacías.
Sport Huancayo y Real Garcilaso en la Copa Sudamericana 2016 no avanzaron más allá de haber superado la primera ronda y postergaron, una vez más, la espera que se hace eterna sin que aparezca en el horizonte un equipo que como Cienciano, rompa las barreras de lo imposible para coronarse campeón.
La receta del equipo dirigido por el recordado Freddy Ternero no tuvo mayores secretos salvo el impulso lúdico de saciar la ambición de ganar algo en un certamen poco valorado cuando se quiere echar lodo a un título que por contraparte la presencia de equipos como Universidad Católica, Santos, Atlético Nacional y River Plate, dieron brillo a la conquista cusqueña.
La charada que supo resolver Freddy Ternero estuvo en la motivación y la experiencia de un puñado de futbolistas que metidos a una especie de moledora trituraron a todos los adversarios que le salieron al frente: River Plate y Atlético Nacional, Santos y Universidad Católica pasaron por la aplanadora imperial y salieron mal parados.
Cienciano es muy buen ejemplo para todos los equipos peruanos que no han ganado nada en certámenes internacionales, empinándose sobre los tradicionales Alianza Lima, Sporting Cristal y Universitario.
Entonces es válido recordar la hazaña cusqueña ahora en que enjugamos una lágrima de tristeza al ver que Sport Huancayo y Garcilaso sin proponérselo engrandecen lo hecho por los pupilos de Freddy Ternero.
La resaca del nuevo fracaso deja en evidencia que clubes con escasa presencia, ponderan ambiciones permitidas en tanto las oncenas peruanas dejan escapar todas las ocasiones de hacerse grandes.
Cabe entonces hacerse la pregunta que hasta ahora nadie se atreve a responder. ¿Qué hacen los clubes para engrandecer sus propias instituciones?
De hecho que es escaso, muy pobre, el trabajo en ese aspecto de trabajar con visión futurista. Las canteras siguen en descuido inconcebible y se refleja en las escasas apariciones de nuevos futbolistas.
El título logrado por Cienciano no fue fruto del azar. Juvenal Silva aun cuando es un personaje polémico, fue parte del éxito al imponer un trabajo a su manera, que a la postre tuvo resultados.
No sola la Copa Sudamericana, también la Recopa fue un galardón que se sumó en aquel partido jugado en Miami y que en una final de infarto los cusqueños fueron acertados en los penales. Boca Juniors, el rival, hizo que la conquista cusqueña fuera imponente.
Como lo fue también River Plate en la final de Arequipa donde Cienciano puso la rúbrica a una campaña descomunal con aquel gol del paraguayo Carlos Lugo que permitió el triunfo al vulnerar el arco de Franco Constanzo. Cómo no evocarlo para olvidar los sinsabores del presente y llegamos a la feliz conclusión: No hay otro como Cienciano.