Es momento de poner pausa

 

Todos están de acuerdo que necesitamos cuatro o cinco jugadores como Paolo Guerrero. Dicho de otro modo la solvencia de un equipo no reposa en un futbolista, se necesita un colectivo capaz de hacerse compacto y fortalecerse para lograr el objetivo deseado.

No se puede fijar la clasificación mundialista como meta cuando no tenemos claro que el plantel no muestra suficiente confianza. Perú es un equipo frágil, que no es más que Bolivia y Venezuela, los otros dos inquilinos del sótano de la tabla de posiciones.

Cuando se quiere mejorar la calidad de un audio y vídeo se requiere la masterización para elevarse el contenido musical. Nosotros no hemos hecho nada con nuestro fútbol para elevar su potencial con recurrentes posturas de juntar once jugadores y un técnico medianamente preparado cada vez que llega el momento de pelear un cupo mundialista.

Así estamos, perseguidos por un pasado siniestro y un presente nefasto. No avanzamos, cada vez es peor, Quedamos contentos con el tercer puesto de la Copa América y desviamos la atención por el recorrido para llegar al Mundial.

Eso hace que se replantee muchas cosas para salir del hoyo en el que hemos caído. Son 30 años en que damos vuelta sobre lo mismo y no hay forma de salir. Cada vez nos deprimimos más, muchas veces hasta hemos optado por dejar de soñar en una presencia mundialista.

El problema de fondo es dirigencial, con culpa compartida por los entrenadores locales que no se capacitan para ser ellos los que se pongan el buzo de la selección. El entrenador más exitoso fue Marcos Calderón y a la fecha no hay un técnico con galardones para ser hacerse del puesto de entrenador.

También está el periodismo que rasura la voluntad de los hinchas inflando noticias sobrevalorando a la selección cuando logra un resultado que sale del listado de malos resultados.

Eso no es construir las bases de un futuro promisor. La idea es encontrar, buscar y formar jugadores como Paolo Guerrero, capaces de ataviarse del mejor ropaje y salir al aire de los acontecimientos. En el escenario donde debe ser mejor que el resto.

Lo mejor es poner pausa a los procesos y pensar en preparar debidamente al equipo. La renovación no se da por ningún lado y es el momento exacto de jubilar a los que ya no deben seguir.

 

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