Ricardo Gareca tiene una aprobación dividida en el gusto del pueblo futbolero como conductor de la selección peruana. Buen técnico para unos y malo para otros no es el problema, el problema es que el material humano con que cuenta no es el Brasil de Neymar.
La selección peruana no es un colectivo férreo y compacto, debilucho más bien, adolece de tener suficientes jugadores para sostener en pie una eliminatoria difícil, la más difícil del mundo.
Ricardo Gareca, a estas alturas con 8 puntos y lejos del quinto puesto, ya habría sido dinamitado y menos mal no toma cuerpo dispararle a la cabeza para sacarlo del puesto y poner remiendos para acabar la eliminatoria como sucedió antes cuando Uribe reemplazó a Maturana y Ternero hizo lo propio con Pablo Autuori.
Ricardo Gareca debe continuar, no hay que ser tan sacacorchos. El hecho es que al menos el ‘Tigre’ ha tenido la valentía de bajarles el dedo a las vacas sagradas. La tolerancia cero ha funcionado aunque muchos se desquician ante la decisión de no convocar a Jefferson Farfán y otros más que fueron borrados del mapa.
¿Se ha ganado algo con sacar a los referentes?
Evidentemente no. Los ocho puntos es una cifra enclenque, pobre, poca cosa para intentar llegar al objetivo trazado a comienzos del proceso.
En todo caso se ha dado paso a una evidente renovación que en otros procesos se pedía pero nunca se dio. Este bisoño plantel con jugadores que oscilan entre los 20 y 25 años, servirá de base para pelear la clasificación para Qatar 2022.
La tarea es complicada, se trata de armar un equipo sin hendiduras como el actual equipo en que solamente Paolo Guerrero se encuentra peldaños arriba del resto. Tener una oncena pareja, donde podemos hablar de una selección compacta, falta mucho.
Sin embargo es el momento de hacerlo, no perder esta ocasión en que la idea se refuerza con la aparición de Beto Da Silva, Benavente, Tapia, Trauco al que se deben sumar otros como Jean Pierre Rhyner a quien Gareca ya ordenó hacerle un seguimiento.
En Chile, Colombia y Ecuador apostaron por los procesos largos y miren los resultados. Han avanzado. Nos han dejado relegados porque en nuestro país no se ha trabajado bien.
Manuel Burga provocó el peor atraso de nuestras selecciones durante su larga permanencia de 12 años de oscuro trajín y ojalá Edwin Oviedo no se desvíe de la apuesta por darle a nuestro fútbol un rostro renovado.
La clasificación para Rusia 2018 está complicada, de repente no llegamos pero la apuesta por la renovación está funcionando. Falta que funcione de aquí hasta el otro mundial.