Ayuda que cae del cielo

 

La eliminación peruana para la próxima Copa del Mundo estaba en envoltorio fúnebre, sin opciones de llegar en una carrera llena de tropezones. Pero una resolución FIFA le da la ocasión de tomar un sorbo de oxígeno para cerrar la clasificación y aferrarse al objetivo.

Qué cosas te depara el fútbol cuando llega una ayuda que cae del cielo y permite que el sueño mundialista reviva como sucede con el elenco de Ricardo Gareca que estaba agonizante y se meta nuevamente en la pelea por la clasificación aun cuando todavía es difícil aterrizar en Rusia 2018.

Bolivia poco avisado cayó redondo en un tema tan sencillo que le cuesta una dolorosa realidad al incumplir con el reglamento al hacer alinear a Nelson Cabrera, paraguayo nacionalizado, cuando este no estaba apto de poder jugar contra Perú en el partido del 1 de setiembre por la fecha 7 de la Eliminatoria Rusia 2018.

Cabrera llegó a Bolivia cuatro años atrás, sobraba su tiempo de permanencia para nacionalizarse cuando la legislación de Bolivia exige tres años para adoptar a un nuevo ciudadano.

La FIFA hasta el 2008 permitía que un jugador nacionalizado acreditara tres años de permanencia en su nuevo país de adopción para poder jugar por su nueva camiseta. Sin embargo la regla se modificó ese año y pasó a cinco años la exigencia de permanencia para un nacionalizado jugar por un país extraño al de su origen.

Así las cosas, los dirigentes bolivianos se desentienden de la nueva reglamentación y hacen alinear a Nelson Cabrera ante Perú y luego contra Chile. Frente a Perú ganan 2-0 y ante Chile el partido acabó igualado 0-0.

El paisaje clasificatorio ha cambiado con esta resolución FIFA pues a Bolivia lo sepulta del todo, le da vida a Perú, no beneficia a Paraguay que desciende un peldaño, Chile pasa a zona de repechaje y Argentina sale de la lista de los cinco primeros.

Desde este momento a Perú le corresponde de nuevo acomodarse en el trayecto que resta para la culminación de las clasificatorias. Un cometido con obligaciones de pellizcar vidrios como el de ganar a los paraguayos en Asunción el próximo 10 de noviembre.

Como si eso no fuera poco deberá de hacerse fuerte en Lima y ganar a Brasil en Lima el 15 de noviembre, sin importar que Neymar convertido en un manojo de virtudes, se sienta como pez en el agua.

¿Podremos? Claro que se puede, si la mano de la FIFA nos dio este regalito, le toca a los capitaneados por Paolo Guerrero recoger los pequeños fragmentos de los malos partidos anteriores y hacer un compacto para creer que el sueño mundialista no es una tarea imposible.

Los hinchas están de plácemes, ya estaban rendidos, pero la presencia de Brasil en Lima, permitirá que el estadio reviente en la quince de noviembre.

Se juega mucho ante paraguayos y brasileños, pero no hay modo de modificar la geografía que nos ha puesto en una zona futbolística donde lidiar contra potencias mundiales nos hace menos chicos de lo que pensábamos.

Es decir con la obligación de ser fuertes ante Argentina, Brasil, Uruguay y Colombia que tienen mejor rodaje pero pueden pinchar las gomas y de eso ya sabemos que un pasado mejor al de ahora sacamos a los argentinos de México 70. Sí se puede.

 

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