Mientras siguen los enfrentamientos armados en la selva colombiana, las conversaciones entre las guerrillas del ELN y el gobierno se encuentran estancadas no por razones ideológicas sino por las exigencias de liberación del exlegislador Odín Sánchez y de indulto para dos mandos rebeldes.
En este contexto, el Ejército de Liberación Nacional continúa con sus incursiones armadas que, lamentablemente, dejó al menos dos muertos en ataque a camiones, ante la negativa del gobierno del presidente, Juan Manuel Santos, a una tregua bilateral del fuego.
El comienzo del proceso de paz se encuentra virtualmente estancado luego de que el máximo comandante del ELN, Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, condicionó la liberación del excongresista Odín Sánchez Montes de Oca, secuestrado hace seis meses, a que el Gobierno indulte a dos guerrilleros.
El indulto que exige la guerrilla cobijaría a Nicolás Rodríguez Bautista, vocero político del ELN y preso desde 2008, y Wigberto Tomás Chamorro Acosta, a quien la Corte Suprema de Justicia le negó la extradición el año pasado a Estados Unidos, país que lo solicita por el delito de secuestro.
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El secuestro de Odín Sánchez
En medio de estas marchas y contramarchas se encuentra en cautiverio el excongresista Odìn Sánchez, desde abril pasado y quien se convirtió en la llave del diálogo de paz después de que el gobierno exigiera su liberación para empezar el diálogo que busca superar medio siglo de conflicto armado en Colombia.
Odín Sánchez Montes de Oca tiene 61 años y es oriundo del selvático y remoto Chocó (noroeste),departamento más pobre de Colombia. Abogado de la Universidad Libre en Bogotá, ha dedicado su vida a la carrera política, siguiendo el camino labrado por generaciones de su familia en su región.
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Empezó su carrera política como diputado de la asamblea departamental del Chocó y posteriormente como concejal de Quibdó, la capital departamental. En ambos casos obtuvo “las mayores votaciones”, contó su hermano, Patrocinio Sánchez, gobernador del Chocó entre 2006 y 2010.
Sánchez fue elegido representante a la Cámara para el periodo 1998-2002 y luego repitió en el cargo entre 2006 y 2010. “Nuestra lucha política se ha basado en el trabajo social y el apoyo a las clases marginales”, afirmó Patrocinio.
En abril, Odín se intercambió por su hermano enfermo Patrocinio, en poder del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el segundo grupo armado del país, por tres años.
Patrocinio, quien también fue alcalde de Quibdó entre 2001 y 2003, sufría de una anemia avanzada y de cálculos en la vesícula. “Estaba en los huesos”, afirmó su hermano al entregarse en manos de la guerrilla.
Pese a los avances preliminares de las negociaciones se desconoce el número exacto de cautivos del ELN, alzado en armas desde 1964 y con unos 1.500 combatientes estimados oficialmente.
“Se sigue trabajando en la depuración de las cifras y de los nombres de los otros eventuales secuestrados, lo cual se irá dilucidando y aclarando cuando comiencen las negociaciones”, sostuvo el miércoles el jefe negociador del gobierno, Juan Camilo Restrepo.
La guerrilla exigía el pago de 3.000 millones de pesos (un millón de dólares) por la liberación del exgobernador, un monto que aún pide para soltar a Odín. A la fecha hemos entregado “más de 1.000 millones de pesos (unos 340.000 dólares)” para la liberación de Odín”, sostuvo Patrocinio.
Esas exigencias por la vida de un rehén empañan las negociaciones más aún teniendo en cuenta que no se llegó a ese extremo con el proceso de paz abierto con las FARC y que sigue redefiniéndose en La Habana, para cumplir con el mandato de modificaciones del plebiscito.
Con esa actitud nada revolucionaria se deja de lado a los sacerdotes católicos que, como el cura colombiano Camilo Torres, se unieron al ELN para intentar cambiar al país apretando el gatillo pero sin llegar al secuestro como “arma de presión” para empezar el proceso de paz.