El llamado sistema deportivo nacional está de cabeza. En fútbol el equipo que gana en mesa pierde en cancha. El club que cede puntos en la comisión de justicia empata en el estadio. Alianza Lima y la ‘U’ dejaron de ser compadres. Los íntimos obtuvieron puntos del clásico, pero perdieron un aliado histórico.
Los deportistas de las llamadas disciplinas olímpicas observan con temor un programa de televisión en el cual aparecen denuncias cada vez más serias contra dirigentes del Comité Olímpico Peruano (COP), que ponen en tela de juicio la realización de los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
Tanto en balompié como en otros deportes, el Perú exhibe una debilidad evidente. En ambos casos los dirigentes son responsables de la crisis. En fútbol, los representantes de clubes profesionales son minoría en la asamblea de bases de la Federación. Es decir, las federaciones departamentales (regionales) tienen palabra final sobre cualquier decisión futura.
Las otras federaciones deportivas perdieron el rumbo por directivos sin capacidad. A esa falta de aptitud le agregaron una ambición desmedida por devorar presupuestos sin ánimo de rendir cuentas. Son la excepción quienes usaron los recursos para consolidar planes de mediano y largo plazo. En verdad, el presente es sombrío y el mañana está pintado de negro.
La práctica del deporte trae bienestar físico y colabora con la preservación de la salud. En el plano competitivo produce figuras, referentes e ídolos. Un resultado positivo en fútbol cambia el estado de ánimo de la nación. Un título en una disciplina individual estimula el espíritu y alegra los corazones.
El deporte está empeñado en una carrera con obstáculos cada vez más grandes. En fútbol la intervención del Estado ha sido desastrosa. El proceso concursal contra la ‘U’, Alianza Lima, Melgar FBC, Cienciano y Sport Boys evidenció un accionar irregular -por decir lo menos- entre funcionarios de Sunat e Indecopi que ha puesto en serio riesgo patrimonial a esos clubes.
Las acusaciones contra directivos del COP empañó la medalla de plata de Francisco ‘Pancho’ Boza, enmudeció al titular de ese ente, José Quiñones, y dejó sin habla a Iván Dibós, representante del Comité Olímpico Internacional ante el COP.
Mientras el interés está en la mesa de arbitraje, en comisiones de justicia, en tribunales de honor, Contraloría General de la República y hasta en el Ministerio Público; en la cancha y en las pistas los deportistas marchan sin orden ni concierto.
Los atletas hacen su mejor esfuerzo, prosiguen los esforzados entrenamientos. Pero cada vez que terminan la jornada se preguntan: ¿Tendrá utilidad lo que estoy haciendo? ¿Me ayudarán en mejorar mis marcas? ¿Podré competir en torneos exigentes antes de los Panamericanos? Confío que alguien aparecerá y los ayudará en obtener respuestas satisfactorias.