La sonrisa de los mejores

 

Así como sale la espuma de una botella de cerveza sacudida con fuerza, así liberó Sporting Cristal la euforia por el título número 18 del torneo local. El más aliviado del elenco rimense fue el lateral Renzo Revoredo quien cargó con un sentimiento de culpa por su expulsión apenas iniciado el segundo periodo.

El once celeste, el equipo auspiciado por la cervecería más grande del país, se bañó en gloria al soportar el empate sin goles que lo convertía en campeón y le permitía cobrarse la revancha ante Melgar que el año pasado lo embriagó con un juego más agresivo. En el partido del domingo pasado en Arequipa habían igualado 1-1 y ese gol de visita pesó en esta definición.

Este también es el triunfo de un modelo de organización que debe prevalecer en el medio: un equipo auspiciado por una empresa; presupuesto serio y manejo profesional. El cuadro mistiano en cambio acusó esa nociva presencia de Sunat e Indecopi en un por demás irregular proceso concursal.

En síntesis, solo se puede decir que el Cristal templado pudo más que una erupción moderada de un volcán sin lava incandescente. Ganó bien la celeste y el cabezón Juan Reynoso perdió la posibilidad de apelar a cualquier excusa extradeportiva para justificar el resultado. Esta vez le tocó sonreír al técnico argentino Mariano Soso.

De otro lado, ante la desaparición de la Oficina Nacional de Gobierno Interior (ONAGI) decretada por el gobierno en días pasados, ahora sería deseable que el régimen de Pedro Pablo Kuczynski determine el final de la intervención de los clubes y evite la liquidación de Universitario de Deportes, Alianza Lima, Cienciano, Sport Boys y Melgar.

Los mejores: CR7 y Real Madrid

No siempre el mejor jugador del planeta levanta la copa de su club como campeón mundial. Cristiano Ronaldo y Real Madrid consiguieron el alineamiento perfecto. El portugués, hijo ilustre de Madeira y monarca indiscutido de este 2016, así como el elenco merengue de España, celebran cada uno y en comunión el Balón de Oro y la corona del Mundial de Clubes.

El torneo celebrado en Tokio (Japón) confirma el año grandioso de un fenómeno que estira la gloria hasta límites incomprensibles. Cristiano Ronaldo, el muchacho de Funchal, es el campeón del autoestímulo. Quienes predican el ciclo de calidad perfecto lo pueden poner de ejemplo. CR7 ganó todo y sigue jugando como si recién empezara su carrera.

Cristiano Ronaldo figura en esa lista de superdotados que el fútbol obsequia en ciclos impredecibles. Una apretada lista debe incluir a su compatriota Eusebio, al germano Franz Beckembauer, al holandés Johan Cruyff, al brasileño Pelé; así como a los argentinos Alfredo Di Stefano, Diego Armando Maradona y Lionel Messi.

Por su parte, el Real Madrid confirma la vitalidad de una institución que en marzo de 2017 celebrará 115 años de existencia. El vencedor del local Kashima Antlers en la final del Mundial de Clubes también está en la élite de las instituciones con mayor fortuna económica y con una cantidad de títulos que incrementan el orgullo de sus seguidores en los cinco continentes.

 

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