Desde el film “Rebelde sin causa” de James Dean y “Semilla de Maldad” a mediados de la década del 50 hasta los tristemente famosos Shirley Silvia Padilla (a) “La Gata” y Alexander Pérez Gutierrez (a) “Gringasho” la fascinación por la violencia obnubiló a perturbados adolescentes que se convirtieron en enemigos públicos de la sociedad.
Esta amenaza cobra magnitudes inverosímiles en California con la banda “Los Ángeles del Infierno” que en sus motocicletas Harley Davidson desatan la violencia, los “Maras Salvatrucha”, diminutivo de Marabunta, hormiga del Matto Grosso, que avanza por miles arrasando lo que encuentra a su paso, y sicarios juveniles reclutados por el narcotráfico y el crimen organizado.
Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad Politécnica de Valencia, UPV, explica que los sucesos tortuosos generan desde siempre una morbosa fascinación, inherente al ser humano . Cuando se produce un accidente de coche siempre hay gente arremolinada alrededor.
Advierte sin embargo que otra cosa es que se explote comercialmente por algunos medios de comunicación para vender más o cosechar mayor audiencia. No hay más sucesos que antes: lo que ocurre es que los medios son hoy globales e inmediatos.
“Todo eso conduce a veces a la sensación de que vivimos en una sociedad donde domina el mal y que camina hacia la autodestrucción, pero esa percepción no es real. El mundo está lleno de personas que procuran el bien a quienes le rodean; simplemente resulta que eso no es noticia. Y una cuota de violencia siempre será inevitable: va en nuestra condición”, explicó.
No obstante señala que los medios han desarrollado un papel positivo y negativo. Cuando han sacado a relucir los casos más graves, como asesinatos o palizas terribles, han concientizado a muchas mujeres que sufrían en soledad y han entendido que su problema no era único, sino más amplio. Así han pedido ayuda y han puesto medidas para poner fin a su sufrimiento.
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El consumo de violencia mediática, evidentemente, no convierte en asesinos a quienes visionan horas y horas escenas de crueldad, pero influye poderosamente en personas que por diversas circunstancias están en grupos de riesgo, y en especial si son jóvenes de hogares en conflicto.
Lo analistas consideran que esta abrumadora presencia de muerte por violencia dificultará en su percepción de la realidad, el valor de la vida y lo que significa el sufrimiento, a los jóvenes fascinados por la violencia que, dicho sea de paso, existen como depredadores sociales desde los albores de la civilización, como miserias de la humanidad.
Shirley Silva: Matar por matar
Shirley Leslie Silva Padilla asesinó a dos hombres en San Juan de Lurigancho con escalofriante serenidad y que después confesaría con lujo de detalles , anunciado su regreso por medio de su cuenta en Twitter.
Acompañada de su amigo Francisco Cayetano Alhuay Carrillo estaban tomando licor en la calle Majes cuando pasó el DJ Diego Alex Marticorena Chombo (21), hermana de su compañera de colegio y, según Shirley, Marticorena le dijo un piropo que no le gustó.
“Me encontré a mi compañero de promoción Chombo y los dos estaban peleando. Sin ver, agarré y le metí dos plomos. Es la primera vez que agarro un fierro”, declaró.
Sin mayor apuro la pareja decidió ir a tomar a un bar, pero “La Gata” quiso comer algo antes y cerca de las 2 de la mañana fueron a un restaurante de comida china y caldo de gallina en la cuadra cuatro de la avenida Santa Rosa.
Como no le gustó la comida, porque “no tenía suficiente pollo” su arroz chaufa se negó a pagar y se acercó a reclamarle al propietario y cocinero Fredy Arturo Marcas Elías (28) quien protestó y sin mayor explicación, sacó una pistola de su cartera y le disparó en la cabeza. Fugarn en un mototaxi, mientras que Marcas fue llevado al hospital, adonde llegó cadáver.
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Insensible, abominable, exhibicionista e incapaz de sentir culpa y dolor, son las características de “La Gata”, de acuerdo a los peritos de psiquiatría que la consideran una psicópata que sienete placer al infligir dolor a sus víctimas.
El destacado penalista Mario Amoretti Pachas explica que por este delito Shirley puede ser condenada a una pena máxima de 35 años y no menor de 15.
https://www.youtube.com/watch?v=nBiUfHauajs
“Mató sin razón. Mo hay una explicación lógica, es un homicidio por placer y aquí se dan todos los agravantes para condenarla a 35 años de cárcel”, remarcó.
Su fascinación morbosa por la violencia se refleja en su cuenta de Facebook donde posa con el arma, hace gala de ser una pistolera decidida a todo y no vacila en exhibirse bailando para sus “admiradores”.
Pero esta vez Shirley Silva Padilla traspuso las fronteras del horror, sin atenuantes y causando una ola de repulsa e indignación en la ciudadanía por lo que quedó abandonada como una gata bajo la lluvia y un horizonte sombrío de larga temporada en la cárcel,