El juego bonito, de toque y magia, herencia de los futbolistas del pasado, es el mismo que refresca el actual equipo de la selección peruana bajo el mando de Ricardo Gareca.
En el manual del fútbol no aparece una línea sobre la propuesta futbolística de la bicolor. Es una hechura nuestra, un modo de jugar, la identidad del futbolista peruano que ha provocado que los comentaristas de todas partes del mundo se multipliquen para que a una sola voz, elogien el toque peruano.
Ricardo Gareca entre sus múltiples aciertos destapó el cofre de los recuerdos e hizo que vuelva la magia y se opte por el fútbol que se recoge y aprende en los potreros, en el fútbol callejero, en la canchita del barrio y los rincones más apartados.
Muchos técnicos que se ufanan de ser formativos se contagiaron del fútbol foráneo, ese que da importancia a la preparación atlética con la idea imponer el músculo, soportar los 90 minutos para sacar los resultados.
Se llenaron la boca de modernidad y decidieron copiar el fútbol sistemático de otros países, hicieron que el futbolista peruano se olvide del ‘chiche’, para recoger desfavorables resultados. Fue un atraso y lo sufrimos con los sucesivos fracasos en las eliminatorias.
Ricardo Gareca que ya había trabajado antes en el fútbol peruano con Universitario, encontró que de nada valdría sobrevalorar la corpulencia física a sabiendas de que el promedio de nuestros jugadores apenas superan el metro 70.
Con Raúl Ruidíaz, Cueva y Flores, mandarlos a practicar un fútbol de choque era sacrificarlos y hacer de ellos carne molida con los grandazos, macizos y hercúleos, convertidos en locomotoras.
Entonces el mejor camino era poner la pelota en el piso, esconderla y dejar que las cinturas truenen con los cambios de ritmo, un taco sublime o una huacha jacarandosa.
Cabría sin embargo preguntarse si que ese fútbol vistoso que todo el mundo vio ante Croacia e Islandia serviría para mantener el perfil ganancioso en el Mundial de Rusia 2018 ante Francia, Dinamarca y Australia.
Tendríamos que pensar que el statu quo del juego peruano no debe ser alterado, salvo que el ‘Tigre’ prepare algunos retoques en el entendido que cada rival es distinto.
De todo lo dicho, se espera que la selección peruana haga un buen mundial. Superior a todo lo que pasó antes en México 70, Argentina 78 y España 82. Ese es el reto y si se va más allá, mejor.
En los tres partidos restantes de preparación ante Escocia, Arabia y Suecia el ‘Tigre’ tendrá que hacer los últimos ajustes ya con Paolo Guerrero de vuelta cuya titularidad nadie discute.
El Mundial de Rusia 2018 es la ocasión de imponer el fútbol peruano en razón de que en cada Copa del Mundo aparecen selecciones que proponen alguna novedad. Lo hizo Holanda con el ‘fútbol total’, el juego bonito de Brasil y la máquina trituradora de Alemania.