Miren el espejo de River Plate y Flamengo

 

La presencia de Flamengo y River Plate, dos grandes del fútbol sudamericano,  ha tenido tal relevancia que nuestros más poderosos clubes como Alianza Lima, Universitario y Sporting Cristal, cascabelean en direcciones opuestas ante la mole organizativa de los dos equipos que llegaron a Lima para jugar la final de la Copa Libertadores 2019.

Todo será en vano si es que los clubes peruanos no se unten en la frente las enseñanzas que dejan River Plate y Flamengo. Es decir instituciones de otro mundo que en el universo de la formalidad, nos sacan enorme ventaja.

Tal vez la nula presencia peruana en finales de Copa Libertadores se deba a que estemos en el orden de organización pode debajo de la suela de los poderosos de América.

De hecho que para llegar a ser como River Plate y Flamengo se necesita tener una infraestructura de envergadura tal que para abrazar la grandeza futbolística del ‘Mengao’ y los ‘millonarios’ tiene punto de partida.

La infraestructura es la atractiva primera cuota para atraer a los hinchas para que se conviertan en socios aunque la nueva tendencia es que los clubes se convierten en empresas y con el dinero invertido pueden negociar contrataciones de ensueño.

Flamengo trajo una planilla de jugadores subidos a un portaviones abarrotado de estrellas.  Un Dream team donde Filipi Luis, Rafinha, Gabriel Barbosa y el uruguayo Giorgian de Arrascaeta le dan kilometraje de eficiencia a Jorge Jesús, el técnico portugués que llegó al ‘Mengao’ con el único propósito de llevarlo al título después de 38 años de espera.

En el otro bando River Plate no se queda atrás en cuanto a figuras donde el arquero Franco Armani, el colombiano Rafael Santos Borré, Leonardo Poncio y Enzo Pérez, el mediocampista que tanto miedo provoca.

Así, con estos argumentos River Plate y Flamengo dieron suficientes motivos para convertir a Lima en el epicentro del fútbol sudamericano. Un lujo que no tenemos en estos momentos.

Está trazado el camino. Si un equipo peruano quiere llegar a ser aspirante a ganar la Copa Libertadores tiene que llenar el formulario que dejan los actores coperos que vinieron a Lima.

Un camino difícil, lleno de grandes tropiezos pero superables. Otros lo han hecho y no podemos mirar a otro lado. Universitario y Sporting Cristal lo intentaron pero no se ha repetido acercamientos de grandeza.

Solamente Cienciano alcanzó ponerse los galones de superioridad casi inalcanzable. Una Copa Sudamericano y una Recopa han dado al equipo cusqueño una renta vitalicia de mejores logros de un equipo peruano.

Sin embargo, no es suficiente llegar y dormirse. Cienciano pagó el protocolo de la continuidad ascendente y negarse a seguir con un historial trazado. Se fue a segunda división, ha regresado después de cinco años y es el momento de rastrear lo hecho para repetirlo.

 

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