Alianza Lima y Binacional por el título soñado

 

La goleada de Binacional a Alianza Lima por 4-1 es el resultado de una estrategia bien montada por Roberto Mosquera a sabiendas de que obliga al rival ponerlo en el purgatorio bajo les efectos de la altura.

Alianza Lima no tuvo altura para resolver la situación con algo sustentable que evitara el descalabro de la goleada. Defenderse mejor, cercar el arco de Pedro Gallese o arriesgar más en ofensiva eran opciones para que el abultado resultado se fuera por el lavado.

El VAR nada tuvo que ver. La expulsión de Anthony Rossel se dio porque el aliancista pisó el tobillo con mucha mala intención a Jefferson Collazos y el árbitro Michael Espinoza aplicó el reglamento.

El aliancista reconoció  que su decisión afectó el rendimiento de su equipo. Si jugar en altura de por sí reduce el accionar, con 10 es el suicidio. Los 4 mil metros pasó factura.

Así, Alianza Lima fue un bocado que Binacional digirió a placer. El equipo de Roberto Mosquera actuó como un depredador para dejar al team aliancista cojo, ciego y torpe cuando se juegue la revancha en Matute el domingo 15.

Es el peor castigo para un equipo que empezó bien con el gol de Felipe Rodríguez pero en el segundo tiempo Binacional fue lo más parecido a un comensal insatisfecho, una máquina trituradora que  dejó al equipo aliancista hecho añicos con poca opciones y en la obligación de revertir el resultado.

Pablo Bengoechea afectado por la goleada ha querido desmerecer el resultado pero no hay nada que reprocharles a los jugadores del Poderoso del Sur que hicieron su tarea de sacar la ventaja necesaria para ir tranquilos al partido de vuelta en el infierno de Matute.

El coach aliancista no puede ser crítico de un arbitraje de Michael Espinoza que actuó con algunas dudas pero en nada influyó con sus decisiones para favorecer al dueño de casa.

Bengoechea, una vez que recupere la calma, tendrá que plantear el mejor sistema que se adecue para un resultado generoso, un score que se acerque a lo de Juliaca. Un 3-0 emparejaría la serie y obligaría a un tiempo extra y de persistir el empate, los penales decidirán todo.

Bengoechea debería darle gracias a Pedro Gallese quien con su actuación evitó que el 4-1 fuera estrecho. El portero aliancista salvó varias ocasiones de gol con sus arriesgadas intervenciones.

El partido del domingo 15 será muy táctico, por un lado Pablo Bengoechea  tratando que su fórmula ofensiva resulte eficaz y certera y por otro lado Roberto Mosquera obligado a ratonear para que su arco no sea dañado por los ágiles aliancistas.

Un final de campeonato que nadie esperaba, decir que a estas alturas que Binacional esté peleando el título no es de siempre. Una lección para Universitario y Sporting Cristal que dejaron escapar el protagonismo de siempre.

 

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