La encrucijada de Francia

 

El Reino Unido no sólo es un país autosuficiente, sino que además siempre va a estar apoyado por Estados Unidos (y los que crean que los yanquees están de capa caída, incluso después del tremendo episodio del asalto al Capitolio, que recuerden su inmenso poderío económico y Pearl Harbour y que han ganado, ellos solos, aunque sea ayudados por los ingleses o los soviéticos, dos guerras mundiales) y por los países de su antiguo Imperio colonial, para quien un británico es casi un semi-dios.

Si Francia hubiera estado en forma, probablemente Gran Bretaña se hubiera quedado. Porque Francia, en los tiempos de los grandes presidentes franceses, suponía un contrapeso a Alemania.  Pero Francia, reflejada en los presidentes de tan poco lustre que ha tenido últimamente, parece haberse entregado a los alemanes. Formalmente, las grandes potencias tienen todavía la deferencia de contar con ellos, pero cuando deben resolver un asunto relacionado con la Unión Europea, cuentan, sin duda, en primer lugar con los alemanes. El reciente Acuerdo de Inversión UE/China, muy impulsado por los alemanes, sería una prueba de ello.

¿Qué sucederá cuando Francia vuelva a tener grandes presidentes? ¿Cuándo recupere su orgullo nacional? Lo primero que harán es mirar a Gran Bretaña para ver si le va bien o mal funcionando sola. Y como le va a ir bien, sin tardar mucho,  lo siguiente que se preguntarán es: ¿Por qué yo no hago lo mismo? Porque Francia, no lo olvidemos, es también autosuficiente y, de facto, sigue teniendo un imperio colonial. Y tendrán la tentación fortísima de irse. Si lo hacen,  en ese momento, la Unión Europea habrá desaparecido. Ojalá no se llegue a esto, pero lo menos que creo debería haber es una muy profunda reflexión sobre el proyecto europeo y su futuro, en especial los equilibrios de poder,  pues tal futuro parece ahora bastante comprometido.

Pedro García

 

https://www.ideasclaras.org/

 

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