Trabajadoras domésticas y el séptimo arte

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Rompiendo con la denigrante “etiqueta” de sirvientas, hoy las personas que prestan servicios de lavado de ropas, limpieza de la casa, cocina y cuidado de bebes han recibido nombres más apropiados como trabajadoras domésticas o asesoras del hogar. Claro que con ese cambio no es suficiente para borrar injusticias sociales y laborales que han perseguido a estas mujeres durante siglos.

Tal como hasta ahora las retratan en innumerables telenovelas mexicanas, las empleadas son objeto de explotaciones tales como el trabajo forzado a menores de edad, la falta de facilidades para recibir educación, la mala alimentación, la ausencia de beneficios laborales y hasta el abuso sexual.

Se sigue viendo en los balnearios exclusivos de Lima cómo se les impide bañarse en el mar, que pertenece a todos los peruanos. Aún los empleadores sufren de la tara mental que les impide ver su comportamiento deleznable, lleno de prejuicios, actuando irreflexivamente delante de sus propios hijos. ¡Vaya legado!

A estas alturas, es importante resaltar que el trabajo doméstico como tal va perdiendo vigencia en los países más desarrollados. El caso de Estados Unidos y Europa, donde contar con esos servicios suele ser limitado a familias con vasto poder económico, pues la clase media no puede permitírselo.

El cine cuenta sus historias

Las grandes referencias al servicio del hogar en la cinematografía clásica nos remite a dos filmes de la edad dorada, Lo que el Viento se Llevó y Mary Poppins. En la primera es importante señalar que la rolliza y amargada Mammy (interpretada por Hattie McDaniel) era una esclava del sur norteamericano. Mientras en la producción de Disney se trataba de una niñera con poderes mágicos, personificada por Julie Andrews.

En los últimos años es importante mencionar la película nominada al Óscar en el 2011, Criadas y Señoras (The Help), que refleja el maltrato a las empleadas de color, obligadas entre otras bajezas a ir a letrinas fuera de las casas donde trabajaban. Clara muestra que en los años 60, la esclavitud seguía ejerciéndose de forma camuflada. Las actuaciones de Viola Davis, Emma Stone y Octavia Spencer son para el elogio.

El 2014 se estrenó una coproducción franco-española, Las Mujeres del Sexto Piso. Contaba la historia de un grupo de españolas, en el marco de la dictadura franquista, que emigraba a Francia para trabajar como criadas. De pronto se hacen amigas de un empresario francés que goza de la relación con ese singular grupo humano. La cinta te deja una sonrisa en la boca y en el alma.

La realidad latinoamericana es tratada en el filme chileno La Nana, del año 2009. Su enfoque de las diferencias entre empleadores y empleadas es efectivo, lo malo son las evidentes pretensiones de la película por hacerse de premios internacionales. Por momentos, el resultado se me hace vaporoso.

 

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