Científicos peruanos y polacos reconstruyen rostro de la momia Juanita en 3D

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Hace 28 años, la llamada momia Juanita sorprendió al mundo al ser hallada en perfecto estado de conservación en el nevado Ampato, a 6,310 metros sobre el nivel del mar, en Arequipa.

Durante una expedición a ese nevado, el arqueólogo de montaña Johan Reinhard y el andinista Miguel Zárate, hallaron en 1995 restos momificados enterrados hace 500 años muy cerca del volcán. Junto a la momia se encontraron estatuillas de oro y conchas spondylus.

Desde entonces, los restos de la también llamada doncella de Ampato se conservan en una cámara especial a -20°C en el Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa.

Rostro en 3D

Durante todo este tiempo, se han realizado estudios de investigación sobre el origen de la doncella de Ampato. Pero uno de los objetivos era darle un rostro viviente a la popular momia Juanita.

Fue entonces que científicos de la Universidad Varsovia, de Polonia, y de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa unieron esfuerzos para lograr la reconstrucción de su rostro en 3D.

El resultado fue una escultura hiperrealista con los rasgos de la niña que fue sacrificada como ofrenda al dios Sol. Según los estudios, ella fue entregada en un ritual promovido por el Inca, ya sea como agradecimiento, solicitud o a raíz de alguna catástrofe natural.

Juanita estaba sana al momento del sacrificio

Los doctores Dominica Sieczkowsra y Bartlomiej Chielewski, del Instituto de Arqueología y Etnología de la Academia de Polonia, determinaron luego del análisis tomográfico practicado al cuerpo congelado, que la niña al momento de fallecer se encontraba completamente sana y que murió instantáneamente tras recibir un golpe en la parte occipital derecha del cráneo, realizado por una persona que utilizó toda la fuerza con su mano derecha.

Por su parte, la doctora Sylwia Siemanowska reveló que el cuerpo de la doncella inca estaba acompañado de 37 objetos de cerámica decorados con figuras geométricas. Estos gráficos, aún en estudio, podrían ser un sistema de comunicación.

Según la creencia inca, los niños ofrendados no morían, sino que se reencontraban con sus antepasados, quienes observaban todo desde las cumbres de las montañas.

Texto: WSV / NdP
Foto: UCSM
Video:  TvPerú Noticias

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