BOGOTÁ (Colombia).- La escalada de violencia armada, que obligó al Ejército Nacional a realizar un despliegue de sus tropas en varios puntos de Colombia, destacó en la semana que concluye hoy.
La noche del pasado jueves en el municipio de Aguchica, en el departamento de Cesar, siete soldados murieron y otros 31 resultaron heridos como consecuencia de un ataque armado contra una base militar enclavada en esa región del noreste.
De acuerdo con fuentes castrenses, el responsable sería el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que empleó drones y otros materiales explosivos contra la instalación usada con fines de entrenamiento.
Tras el suceso, el presidente, Gustavo Petro, ordenó la compra inmediata de sistemas antidrones para proteger las unidades militares.
Comentó que se usará la figura de la urgencia manifiesta para ponerle rapidez a los procesos de contratación, de manera que se puedan adquirir rápidamente esos implementos valorados en un billón de pesos (unos 260 millones de dólares al cambio actual).
La agresión contra la Base Militar del 27, perteneciente al Batallón de Infantería 14, fue apenas dos días después de que integrantes del autodenominado Estado Mayor Central (EMC) asediaran a la comunidad de Buenos Aires, en el departamento de Cauca, en el suroeste.
La acción armada, que se prolongó por más de 10 horas, dejó a ocho policías heridos y al casco urbano de la localidad destruido.
En respuesta, el Ejército ordenó un despliegue operacional que fue reforzado con varios pelotones y aeronaves artilladas de la División de Aviación de Asalto Aéreo, la Fuerza Aeroespacial y la Policía, con el apoyo de equipos especializados en la desactivación de explosivos en la parte alta del municipio.
También en el suroeste, en Cali, capital departamental de Valle del Cauca, un ataque con explosivos perpetrado contra una patrulla provocó la muerte a dos policías en el sector de Mariano Ramos.
El artefacto fue detonado sobre la vía, al paso de la motocicleta oficial, tras lo cual perdieron la vida los subintendentes Jorge Gómez de 36 años y Rober Melo de 33.
El atentado ocurrió durante un paro armado decretado por el ELN y la Policía Metropolitana de Cali lo atribuyó al Frente Urbano Omaira Montoya de esa guerrilla.
De acuerdo con un balance del Ministerio de Defensa, durante el paro armado de esa insurgencia, que se prolongó desde el pasado domingo hasta las primeras horas del miércoles, se reportaron más de 50 acciones armadas sobre todo en 13 regiones del país.
Estimaron las autoridades que el territorio más afectado fue el departamento de Cauca, especialmente sobre la vía Panamericana, que es considerada como una arteria vital para la movilidad, el abastecimiento y la economía regional.

Fuente y foto Prensa Latina
