Copa Libertadores: A Sporting Cristal le faltó categoría para avanzar

 

Sinceramente me imagino a Daniel Ahmed buscando adjetivos para poder dejar “bien parado” a Sporting Cristal tras su eliminación en la etapa de grupos de la Copa Libertadores. Muchas veces le he oído decir: “no tengo nada que reclamarles a mis muchachos, lo dejaron todo en la cancha”. Entonces tendremos que aceptar que el “todo” de los rimenses no es, ni de cerca, suficiente para pensar en grandes gestas continentales. El martes 14 de abril, hubo un equipo que jugó bien en Lima y fue el Guaraní de Paraguay.

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Los paraguayos siempre atacaron con criterio y defendieron con eficacia, salvo en la jugada del gol de Sergio Blanco, cuando los hinchas “celestes” pensaron que se venía una marejada ofensiva de su equipo tras haber equiparado el marcador, la realidad fue otra. Guaraní falló varias veces frente al arco de Sporting Cristal, ellos querían ganar el partido (a pesar que el empate los clasificaba). Los pupilos de Daniel Ahmed se quedaron en orfandad de ideas, no hilvanaban jugadas de riesgo, sólo se preocupaban por señalarle al árbitro que el rival hacía tiempo. Acaso más minutos de inacción les iban a dar el triunfo. No. Los visitantes nunca cayeron en el desorden que suele cundir en las postrimerías de los cotejos, esa parecía ser la única táctica de Ahmed.

Sporting Cristal no tuvo categoría para jugar la Copa Libertadores, lo demuestran al no haber podido sumar ni una victoria en casa. Empató con Táchira de Venezuela y Guaraní, perdió contra Racing de Argentina. Una localía que no se hace respetar es clara muestra de un equipo que no está para grandes cosas. A pesar que la directiva rimense haya “vendido” a inicios del 2015 que este cuadro estaba para llegar a límites insospechados en la Libertadores. Hablar es fácil, la realidad pone en evidencia que si Cristal es, según algunos, lo mejor del fútbol peruano entonces mejor ni salgamos a la cancha. Pero esa valorización es falsa, a juicio de este columnista Juan Aurich podría pasar a octavos de final pues demuestra una evolución futbolística y una inteligencia táctica para asegurar resultados que los bajopontinos ya quisieran tener. Roberto Mosquera hoy es mucho más considerado como técnico para las cadenas internacionales que Daniel Ahmed.

Los empates de Sporting Cristal, salvo el Universitario de Deportes de Juan Reynoso, no es común que un equipo que viva arrancando scores empatados prosperé en la Copa Libertadores. Es más, lo triste es que Cristal tuvo resultados hechos contra Guaraní en Asunción y Táchira en Lima que terminaron desperdiciando con paridades sobre la hora. Ahí, los “celestes” perdieron cuatro puntos que hoy los ubicaban con soltura en octavos de final. Su último buen partido fue con Racing en Argentina, la fotografía que un decepcionado Ahmed seguro conservará. Desde ese pico futbolístico los rimenses empezaron a irse abajo, no repitieron la hazaña en Lima y cayeron frente a Racing. Algún miembro del cuerpo técnico o un jugador caradura sacará a relucir excusas como estás: “Sólo perdimos un partido”, “le ganamos a Racing en Argentina” o “peleamos hasta el final”. Perfecto, sí en vez de la Copa Libertadores quieren el Premio Consuelo, pueden empezar a celebrar.

El peor error de Sporting Cristal, la dejadez y frialdad con la que jugaron en Venezuela. Táchira era un rival ganable, pero buscaron el empate y colocando todas sus expectativas en una victoria frente a Guaraní. El equipo paraguayo ya había levantado, le ganó a Racing, sumaba más puntos que los “celestes”, pero en la mentalidad cervecera era clarísimo que en Lima se imponían. Raro, para un Cristal que no había ganado de local, y el tiempo le dio la razón a las estadísticas. No es un resultado inusitado, estoy seguro que el empate era el resultado más lógico, y así fue. En tierras venezolanas Sporting Cristal demostró internacionalmente que “no es nada del otro jueves”. Y así quedó la cosa.

Hoy, en tienda “celeste” estoy seguro ronda la incertidumbre, puede ser que de la boca para afuera haya excusas y autosuficiencia, pero en el camarín ya se debe estar discutiendo la contratación de algunos jugadores como César Pereyra que inició el año con triplete y luego se esfumó en la cancha, con el “Cholito” Ávila que antes jugaba bonito y hacía goles y hoy sólo cumple en lo primero. Con Diego Manicero que no aparece ni en la banca, y varios otros más que están ahí, pero parecen ausentes. Nada de Copa Libertadores, tampoco Torneo del Inca, copien el ritmo de Universitario y bailen al son de su nuevo éxito: “Sólo importa el Apertura”.

 

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