Diez historias del Uruguay-Perú jugado en 1981 en el viejo estadio Centenario de Montevideo

 

De aquel triunfo peruano (1-2) en el estadio Centenario de la tierra de Artigas y Benedetti el 23 de agosto de 1981 a hoy miércoles han pasado 41 años y por allí algunos meses y días. Y, como hay verdades que se fueron dando en los días previos hasta llegar a ese domingo central del partido, sólo quienes fueron testigos podrán contarlas tal como sucedieron. Total, quién dice una verdad a destiempo, es igual a que estuviera equivocado. Y acá no estamos equivocados.  Las 10 historias a contar son las siguientes cuando estamos hoy justo a tres semanas de enfrentar a los uruguayos en el viejo coloso de la capital oriental mirando a Qatar 2022:

PUDIMOS QUEDARNOS SIN ENTRENADOR: El jueves 20, a tres días del partido, mientras la Selección entrenaba por la tarde en el Centenario, sin que el DT Elba de Padua Lima ’Tim’ lo supiera los dirigentes José ‘Pepe’ Aramburú y Rafael Hanza habían hecho viajar a su esposa Tomiris y su hija Valeria desde Brasil a Montevideo. Valeria fue al Centenario y mientras Tim estaba de espaldas le tapó los ojos con sus manos mientras Hanza le preguntaba quién era. Tim no adivinó y cuando ya pudo ver a su hija sólo exclamó “¡Filha de puta!” mientras se llevaba su mano al corazón. Un tremendo susto que no pasó a mayores pero sí, luego, a abrazos y risas entre padre e hija y todos los presentes.

SIN PRONÓSTICO RESERVADO: Al día siguiente el ex jugador de Sporting Cristal, el uruguayo Antonio Sacco ofreció una parrillada en su residencia. Toda la delegación peruana en pleno así como periodistas y colegas asistimos invitados. Al término del mismo un colega de “El País” le preguntó a ‘Tim’, rodeados de prensa escrita, radial y televisiva, si se aventuraba a dar un ganador a lo que el entrenador brasileño respondió que ganaba Perú. El mismo hombre de prensa le retrucó si se atrevía a dar un marcador y halló como respuesta: 1-2. Hoy, ‘Tim’ hubiera ganado la polla.

EL MISMO CAMINO ‘EL VECO’. Otro que no se equivocó fue Emilio Lafferranderie ‘El Veco’ que como jefe de Deportes de “El Día”, escribió en su columna ese domingo que ganaba Perú. Fue suficiente para que a partir de allí notara un ambiente nada bueno, de saludos cortos y comentarios a media voz que lo llevaron a venirse a trabajar el Perú contratado por Alfonso ‘Pocho’ Rospigliosi para ‘Gigante Deportivo’, ‘Ovación y columnista de “El Comercio”.

NO FUE LO MISMO: La Selección se hospedó en el Hotel Oceanía que tenía una playa a sólo 500 metros. Habitaciones confortables y todos felices por sus comodidades y el ambiente mismo. Pensar, en opinión de la mayoría del equipo tras el Mundial de España 82 que allá los llevaron a un lugar que había sido un monasterio y donde cada uno tenía que servirse su comida. “Faltó que nos hicieran lavar los platos” fue la queja eterna de Ramón Quiroga.

LA FE DE URIBE: Me contó hace poco Julio C. Uribe que ese 23/8 mientras Víctor Hugo Quispe lo masajeaba en el camarín él se puso a cantar salsa. Más de uno le dijo que se concentrara en el partido y él respondió que era su forma de ser. “Tenía tanta confianza en el triunfo porque a esta selección no la paraba nadie”.

LOS APLAUSOS: Se le había ganado a Uruguay por 1-2 y mientras la Selección se dirigía en el bus rumbo al Hotel Oceanía, ‘Tim’ iba en un auto siempre fumando. Al desembocar el vehículo que transportaba a los jugadores en plena avenida Costanera el técnico brasileño quedó gratísimamente sorprendido cómo familias enteras uruguayas desde los edificios y puertas de calle aplaudían su paso triunfal.

EL CONSUELO A ROQUE GASTÓN: Me hallaba subido en el ómnibus del seleccionado uruguayo entrevistando a su entrenador Roque Gastón Máspoli, amigo desde tiempo atrás y sentado en el primer asiento, cuando Hugo Bagnulo, quién había dirigido al Alianza Lima entre 1969-70, subió y le dijo estas palabras a modo de consuelo, mientras le agarraba el hombro: “Tranquilo Roque Gastón, en Lima no pierdes, en Lima te desquitas”. Acertó pero tampoco ganó y con ese empate (0-0) llegamos nosotros al Mundial español.

“¡ALÓ! CAPITÁN”: La delegación tenía orden expresa de llegar al hotel, recoger sus equipajes y salir rumbo al aeropuerto Carrasco donde los esperaba el avión charter que los trasladaría rumbo a Lima con escala en Santiago. En esos instantes hubo una llamada al hotel. Era del presidente Fernando Belaunde Terry que quería hablar con el capitán del seleccionado, Héctor Chumpitaz. Fueron palabras de agradecimiento del mandatario y de todo el país que ya se celebraba la clasificación anticipada como que así fue.

CÓMO CAMBIAN LOS TIEMPOS VENANCIO, ¿QUÉ TE PARECE?: De esta pegajosa canción del dúo cubano “Los Compadres” diremos que por aquél triunfo en el Centenario, por ejemplo. Eusebio Acasuzo por ser arquero suplente recibió 300 dólares (“no sé cuánto recibirían los titulares pero me imagino que el doble”, acotó) pero por alcanzar la clasificación cinco mil. El mismo Acasuzo cuenta que le dieron 185 dólares por ganar la Copa América en 1975 (era tercer arquero después de Otorino Sartor y José Gonzales Ganoza) más 10 dólares de viáticos diarios. Hoy es un secreto que se guarda bajo siete llaves en los predios de la Videna lo que recibe cada jugador de Ricardo Gareca.

‘TIM’ EN EL CIERRE: Abrimos esta columna con ‘Tim’ y la cerramos con él. Ingresando al avión que los traería a Lima el técnico brasileño que iba acompañado de su gran amigo Jorge ‘Chupo Arriola se encontró con que la aeromoza le dijo que él tenía asiento en primera clase pero ‘Chupo’ no y sí en la económica. Entonces, ‘Tim’ le dijo en su portuñol a la aeromoza: “Se ele ñao for de primeira clase, eu também não (“Si él no va en primera clase, yo tampoco”) ‘Chupo terminó viajando al lado del estratega brasileño.

 

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