En Juan Aurich han sacado el matamoscas

shadow

 

No es que el zaguero, aparentemente retirado del fútbol, Luis Guadalupe haya regresado al Juan Aurich de Chiclayo para imponer su típica jugada defensiva que la prensa apodó como “matamosca”, sino que todo parece indicar que al estratega Roberto Mosquera le estuvieran haciendo la clásica “camita” en el cuadro norteño. Los resultados que hoy le han quitado cualquier aspiración al Torneo Apertura al equipo rojo parecen condenar a su entrenador a ser la próxima víctima del campeonato local.

Penales fallados (dos del argentino Germán Pacheco), una nueva derrota de local frente al Alianza Atlético de Sullana (uno de los equipos más “ligeritos” del fútbol peruano), pobrísimos números para un Juan Aurich que cuenta con un plantel envidiable comparado a otros clubes que se perfilan entre los líderes del Apertura, léase Alianza Lima, Real Garcilaso o Deportivo Municipal. La verdad es que en estos momentos resulta complicado defenderle el puesto a Roberto “La Mosca” Mosquera, al que las palabras y filosofías de siempre parecen haberlo desgastado.

¿Qué pasa con el Juan Aurich? Lo primero que podríamos reseñar es la falta de liderazgo dirigencial desde la partida al sillón presidencial de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) de Edwin Oviedo. Una ausencia que nos remite a uno de los peores males del universo futbolero peruano: los mecenas. Esos inversores con amplia billetera que llegaban a los equipo con el rotulo de “salvador”. Aquellos señorones que ponían el billete contante y sonante sin importar que tan mal salieran las cosas, pues siempre estaban dispuestos a entregar otro “cheque en blanco” y salvar el barco del hundimiento. Al final estos inversores del fútbol resultan nocivos, pues no son eternos y generan dependencia.

Antes de Oviedo, el Aurich vivía una realidad de media tabla pues esa era la capacidad presupuestaria del cuadro chiclayano. De pronto empezó a contratar a jugadores de primer nivel, a romper el mercado y como consecuencia empezaron a quedar entre los mejores de los anteriores campeonatos. Llegó a campeonar frente a Alianza Lima, peleó la última definición con Sporting Cristal y de repente se le bajó la llanta. Habría que cerciorarnos cuál es la situación económica actual del equipo dirigido por Roberto Mosquera.

A mí, personalmente, siempre me llamó la atención la facilidad con la que jugadores gravitantes entraban y salían del Aurich, como Juan por su casa (parafraseando con el nombre del club), tome nota de un par de ejemplos. Hace poco más de un año Germán Pacheco se fue en un momento que los chiclayanos disputaban el torneo para probar suerte en España. No le fue bien y regresó cual “hijo pródigo”, en la escuadra norteña nadie dijo ni pío. Un caso muy similar fue el de Roberto Ovelar, en pleno campeonato decidió irse, tampoco pitearon. Al parecer mientras los rivales se desesperan por no perder a sus mejores futbolistas, en el “Ciclón del Norte” lo asumen con el mejor de los ánimos.

La “camita” no es nueva en Juan Aurich, ya la tienen ensayada y perfeccionada desde los tiempos del español Bakero. Para graficar lo vivido por este estratega ibérico y a modo de “refrescar la memoria” una simple imagen. Roberto Merino, en el año 2013, metió el gol del descuento en un partido que Alianza Lima ganaba en Lima, sus compañeros en vez de celebrar el tanto o de querer revitalizar las ganas de empatar el cotejo, miraron a “Maradonita” como si fuese un traidor, sólo les faltó meterle un bofetón de reprimenda por intentar emparejar el marcador. La consigna era perder para deshacerse del incomodo DT.

Parece que a Mosquera le están aplicando la misma ley. No me extrañaría que los jefazos del Juan Aurich le hayan solicitado al Sporting Cristal una copia del famoso “manual de estilo” con el que despidieron a “La Mosca” del combinado cervecero. Me parece que la suerte del técnico con más verso del Perú ya está echada, y que sus propios pupilos se están pasando el “matamoscas” para darle el golpe fulminante.

 

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.

58842
V: 600 | 6