Envejecimiento demográfico ensombrece el futuro de Cuba

 

Dos mujeres adultas mayores conversan en el interior del convento Nuestra señora de Belén, en La Habana, donde funciona un proyecto de atención a este grupo poblacional. Un cuarto de la población de Cuba, en continuo decrecimiento, tiene 60 años o más. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

LA HABANA – Los índices demográficos de Cuba evidencian un país envejecido, con menor natalidad que mortalidad, mucha migración de jóvenes en edad laboral hacia el extranjero, y un entorno de carencias y crisis económica para las personas adultas mayores, considerado uno de los grupos poblacionales más vulnerables.

Al cierre de 2024, los últimos informes oficiales advirtieron que Cuba tenía una población efectiva de 9 748 532 habitantes, cercana a la de hace cuatro décadas, con el decrecimiento de unos 335 000 ciudadanos en comparación con los datos de 2023.

La disminución de la tasa de natalidad incide en tales números, al punto de que, según dijo a medios locales el vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei), en 2024, ha sido “la cifra más baja de las últimas décadas”: 71 000 nacimientos, unos 19 000 menos que en 2023, y unos 34 000, con respecto a 2020, cuando la isla reportó 105 516.

Mientras, el número de defunciones ha ido aumentando en los últimos años. Desde 1978, la fecundidad en Cuba no cubre la tasa de reemplazo de la población y, desde 2019, se reporta un decrecimiento natural de la población, al fallecer más personas de las que nacen.

“No hay manera que uno quiera tener hijos con tantos problemas económicos, la falta de viviendas y los apagones (cortes eléctricos)”, dijo a IPS Yoanka Álvarez, de 29 años, residente en La Habana.

El 21 de febrero, en una reunión de la Comisión Gubernamental para la Atención a la Dinámica Demográfica, la Onei informó que un cuarto de la población de la isla tiene 60 años o más; en definitiva, es el único segmento poblacional que crece en los últimos años.

Por otra parte, el grupo de menores de 15 años se contrajo un 6%, y el comprendido entre 15 y 59 años, en casi 12 %.

“Me jubilé hace cinco años, después de haber trabajado más de 40, pero como están las cosas en el país, no tuve más opción que recontratarme (volver a trabajar). Y ni así el dinero alcanza”: Armando Pérez.

Este envejecimiento acelerado también obedece a una esperanza de vida elevada (76 años para hombres y 80 para mujeres), y a la emigración de jóvenes y adultos en edades productivas y reproductivas.

Entre 2020 y 2023, según datos de la Onei, más de 400 000 cubanos migraron oficialmente hacia el extranjero y, actualmente, más de 1,5 millones residen fuera de la isla, principalmente en Estados Unidos, España y México.

Según estiman las autoridades de esta nación insular caribeña, hacia 2030 la población seguirá decreciendo, con 100 000 habitantes menos en edades laborales, y la población de 60 años o más se acercará al 30 % de la población total.

Asimismo, las unidades familiares seguirán estando compuestas por un promedio de tres personas por unidad familiar, mientras la relación de dependencia aumentará, con más de 620 habitantes fuera de edad laboral (incluye a las infancias) por cada 1000 económicamente activas.

El gasto social para garantizar una vejez digna es –y lo será aun más– otro desafío que debe afrontar el gobierno.

Dos adultos mayores conversan mientras hacen fila en el exterior de una panadería estatal, en La Habana. Las dificultades cotidianas de los adultos mayores en Cuba, resultado de la crisis económica que enfrenta el país, empobrecen la calidad de vida de estos. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

Calidad de vida en la vejez

El informe Observatorio Demográfico 2024 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) subraya que la tasa de crecimiento de la población se ha desacelerado en la región.

Publicado en noviembre de ese año, el documento examina la aceleración de los cambios demográficos en la región, en el primer cuarto del siglo XXI. También ratifica un contexto de envejecimiento, con una caída en la fecundidad hacia niveles inferiores a los de reemplazo.

En 2024, las personas mayores de 65 años representaban casi 9,9 % (65, 4 millones) de la población total en la región (663 millones de personas), cifra que deberá aumentar a 18, 9 % en 2050, según los pronósticos del organismo regional.

“La natalidad se ha reducido más rápidamente de lo esperado a comienzos de siglo y no se preveía el aumento de la mortalidad por Covid-19 o el incremento de los movimientos migratorios”, señaló José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal.

En Cuba, donde los números son más alarmantes, el desafío no solo consiste en revertir esa tendencia demográfica, sino en mejorar las condiciones de vida de ese grupo poblacional que demanda una mayor atención sanitaria, y se encuentra mayoritariamente en situación de dependencia económica.

“Me jubilé hace cinco años, después de haber trabajado más de 40, pero como están las cosas en el país, no tuve más opción que recontratarme (volver a trabajar). Y ni así el dinero alcanza”, dijo a IPS Armando Pérez, un contador retirado, residente en La Habana.

Su jubilación ronda los 2000 pesos mensuales (16,7 dólares según la tasa de cambio oficial de 120 pesos por un dólar).

La pensión mínima establecida por la ley –que recibe cerca de 40 % de los jubilados cubanos–, equivale a 12,7 dólares, lo cual está muy lejos de poder cubrir el costo mínimo de los alimentos necesarios.

Muchas personas adultas mayores dependen de sus familias para subsistir, pero según los datos más recientes del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 17,4 % de este las personas mayores de 60 años vive sola.

Si bien los fármacos comercializados en los puntos de venta oficiales están subsidiados, en diciembre de 2024, solo se disponía del 24 % del cuadro básico de medicamentos.

Una mujer camina con su mascota en La Habana. Alrededor de 17,4 % de las personas adultas mayores viven solas en Cuba. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

Revertir la tendencia demográfica

La Política para la Atención a la Dinámica Demográfica, impulsada por el Estado desde 2014, pretende revertir la tendencia demográfica con medidas que estimulen la fecundidad y la participación de los adultos mayores en la economía, así como mitigar las causas que provocan la migración interna y externa.

La viceministra primera del Ministerio de Economía y Planificación, Mildrey Granadillo, dijo a los medios locales que, para este 2025, está previsto un financiamiento por valor de 2456 millones de pesos para la atención a la dinámica demográfica (102 millones de dólares según la tasa de cambio oficial del sector estatal, de 24 pesos por un dólar).

Se trata de un monto 129 % superior al gasto en 2024 para ese propósito.

Entre las medidas adoptadas para enfrentar una sociedad envejecida, se pretende “revitalizar equipos multidisciplinarios de atención gerontología en las áreas de salud y centros de salud mental, y “desarrollar estudios para proteger las capacidades cognitivas y el talento en la tercera edad”.

En esa línea, la industria biotecnológica y farmacéutica cubana está elaborando productos para tratar enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.

El Centro de Neurociencias de Cuba (Cneuro), por ejemplo, desarrolla desde 2017 el fármaco neuroprotector NeuroEpo (NeuralCIM, su nombre comercial), que retarda significativamente el avance del Alzheimer, con resultados de 84 % de efectividad en la fase de ensayo clínico avanzado en la que se encuentra.

Según Mitchell Valdés, director de esa institución estatal, existen en la isla alrededor de 150 000 pacientes de alzhéimer, cifra que se estima, para el cierre de 2025, pueda aumentar hasta más de 200 000.

“Si pensamos que a cada persona con una demencia tipo Alzheimer, alguien de la familia tiene que cuidarlo, estamos calculando que medio millón de personas pueden estar afectadas directa o indirectamente (por la enfermedad)”, dijo Valdés a IPS.

ED: EG

Cortesía ipsnoticias.net

 

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