Escasez de cobre arriesga el cambio mundial hacia energías limpias

 

La escasez de cobre avanza en el mundo y va a poner nuevas barreras a las energías limpias y a las infraestructuras digitales, advierte la Unctad, que prevé que la demanda global del metal crecerá 40 % hasta 2040.
La mina Skouriotissa, en Chipre, donde se extrae cobre desde hace casi 4000 años. Actualmente, la alta demanda del mineral, esencial para la transición hacia energías limpias, las infraestructuras digitales y los autos eléctricos encuentra cuellos de botella para la producción que deberían solucionarse con más minas, reciclaje y un mejor desarrollo aguas abajo en las naciones productoras. Imagen: Anna Kucherova / Shutterstock-Unctad

GINEBRA – Una inminente escasez de cobre podría paralizar el cambio mundial hacia las energías limpias y las infraestructuras digitales, mientras se prevé que la demanda global aumente 40 por ciento de aquí al año 2040, advirtió en su último informe ONU Comercio y Desarrollo (Unctad).

El cobre “ya no es sólo una materia prima: es un activo estratégico, y su mercado pone al descubierto las asimetrías de poder que aún configuran el comercio mundial”, observó la economista mexicana Luz María de la Mora, directora de la División de Comercio Internacional y Productos Básicos de la Unctad.

“Por eso necesitamos invertir en la adición de valor local, ampliar el reciclaje y eliminar las barreras comerciales que limitan las oportunidades. Este es un momento en el que todos los países pueden salir ganando, si el comercio se pone al servicio del desarrollo”, dijo De la Mora.

El cobre es esencial para los vehículos eléctricos, las energías renovables, la infraestructura de inteligencia artificial, los centros de datos y las redes inteligentes.

Sin embargo, la oferta no da abasto y por eso, ante los cuellos de botella que amenazan la transición mundial, la Unctad insta a un comercio más estratégico en su último reporte, Global Trade Update.

Indica que la demanda mundial aumentará más de 40 % de aquí a 2040, pero el deterioro de la ley del mineral (concentración del elemento en la roca), los riesgos geopolíticos y los largos plazos de desarrollo -hasta 25 años para nuevas minas- plantean retos estructurales.

Satisfacer las previsiones exigiría 80 nuevas minas y 250 000 millones de dólares de inversión de aquí a 2030, según el estudio.

El mercado mundial del cobre se estimó en 269 000 millones de dólares en 2024 y se proyecta que alcance los 369 000 millones en 2030, según la firma irlandesa de investigación de mercados Research and Markets.

La Unctad apunta que los países ricos en recursos, que son economías en desarrollo, corren el riesgo de perder oportunidades de valor añadido si se limitan a exportar materias primas, por lo que se necesitan políticas comerciales más inteligentes, inversión y reciclaje para cerrar la brecha.

Las reservas mundiales de cobre se estiman en 870 millones de toneladas, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. La demanda anual de cobre es alta, de 28 millones de toneladas. Los recursos de cobre identificados y no descubiertos se estiman en 2100 y 3500 millones de toneladas, respectivamente.

Más de la mitad de las reservas mundiales de cobre se encuentran en sólo cinco países: Chile (20 %), Australia (10 %), Perú (10 %), República Democrática del Congo y Rusia (8 % cada uno).

Pero la mayor parte del valor se añade en otros lugares. China importa actualmente 60 % del mineral mundial y produce más de 45 % del cobre refinado.

De la demanda, 26 % corresponde al sector construcción, 23 % a productos generales de consumo, electrónicos y refrigeración, 17 % a infraestructura (electricidad y telecomunicaciones), 13 % a transporte y 12 % a equipamiento industrial.

La producción mundial se cifró en 22,6 millones de toneladas en 2023 y 23 millones de TM en 2024. Chile produjo el año pasado 5,3 millones de TM, la República Democrática del Congo 3,3 millones, Perú 2,6 millones, China 1,8 millones y Estados Unidos e Indonesia 1,1 millones de toneladas cada uno.

El mercado global del cobre en 2024 estuvo marcado por la volatilidad de precios, con un promedio de 4,20 dólares por libra en la Bolsa de Metales de Londres. La Comisión Chilena del Cobre estima un precio de 4,25 para 2025 y 2026.

La Unctad insiste en que muchos países ricos en recursos están atascados en la parte inferior de la cadena de valor, exportando materias primas pero incapaces de industrializarse.

La mayoría de los grandes exportadores de cobre también se sitúan por debajo de la media mundial en complejidad económica, lo que destaca la necesidad de invertir en infraestructura, cualificaciones y una política comercial focalizada.

La progresividad arancelaria -desde menos de dos por ciento de derechos de aduana sobre el cobre refinado, hasta ocho por ciento sobre productos transformados como láminas y alambres- puede desincentivar la modernización.

Por otra parte, el informe recoge que el reciclaje suministra ya una de cada cinco toneladas de cobre refinado que se utilizan en el mundo. Estados Unidos, Alemania y Japón son los principales exportadores de desechos y residuos de cobre, mientras que China, Canadá y Corea del Sur lideran las importaciones.

Para los países en desarrollo, considera la Unctad, el reciclaje del cobre es una oportunidad estratégica.

“La creación de capacidad local puede reducir la dependencia de las importaciones, disminuir las emisiones y apoyar prácticas de la economía circular para proteger el medio ambiente y utilizar los recursos de forma más eficiente”, dice su informe.

Finalmente, sostiene que el cobre es un caso de prueba para la gestión de materiales críticos en medio de tensiones comerciales mundiales, cadenas de suministro fragmentadas y políticas industriales cambiantes, riesgos que reflejan la ralentización y la incertidumbre global contra las que ha advertido la Unctad.

A-E/HM

Cortesía ipsnoticias.net

 

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