Esta es mi vida

 

Hace 56 años -exactamente el 31 de diciembre de 1959-, llegué a las puertas de mi inolvidable “ÚLTIMA HORA”, iniciando oficialmente mi carrera de periodista. Y digo “oficialmente”, porque a los 8 años, yo escribía cuentos y a eso de los 12, cuando cursaba el cuarto primarioso año, ya era Director del periódico mural de mi cole… Esta inicial afición, explica claramente que, desde muy temprano, “algo en mí”, proclamaba mi definitiva vocación, la misma que hasta hoy, me acompaña y -si esto es posible- se hace cada día más intensa y definitiva… Yo llegué a “Última Hora”, luego de haber desempeñado los más disímiles oficios, (vendedor de telas, chofer interprovincial -distribuyendo periódicos-, boxeador amateur, soldado de Caballería, estudiante de pre-Médicas y luego de Letras, en San Marcos y finalmente actor en el Grupo Histrión)… Pero siempre tuve muy claro, que de algún modo, llegaría a periodista y -desde luego- a escritor, a lo largo de mil y una aventuras, las mismas que supe afrontar alentado por un temprano consejo de mi padre: “Trata de ser siempre honesto, trabajador y valiente”.- Y esto lo recuerdo hoy, que gracias a la gentil invitación del Dr. Roberto Mejía Alarcón, Rector de la Universidad “Jaime Bausate y Meza”, vengo a contar a jóvenes estudiantes de periodismo, lo que –hasta el momento- ha sido mi vida en “El Oficio Más Hermoso del Mundo” y por qué aconsejo a quien anhele seguirlo, que lo haga con amor. En alas de un sentimiento absoluto y verdadero. La recompensa, será la realización plena de una vida digna y fructífera. Los sinsabores -que toda existencia tiene- serán el justificado precio que debe pagarse, por todo aquello que vale la pena. ¡Dios bendiga a estos muchachos que sueñan ser testigos de la Historia!… Y que la novela de aventuras que a mí me tocó vivir, les sirva como ejemplo valeroso… ¡Siempre el coraje es mejor…. Nunca la esperanza es vana…!…

LOS CUATRO CAMINOS

Tomando como punto de partida, el ansia de informar y pervivir  que ha caracterizado al hombre y puede constatarse en la escritura rupestre y en el testimonio de ternura y creencia en el más allá que testimonia esa tumba del Cromagnon, embellecida por una amorosa flor que agonizó a lo largo de los siglos, debemos entender, que aún después de los arrebatos de la modernidad, los cuatro objetivos clásicos del periodismo, siguen siendo: Informar, interpretar, orientar y entretener…Queda en discusión, l opinión emitida editorialmente y… la “concientización” proclamada por ciertos regímenes totalitarios… Pero en suma -como en santuario ético- el periodista, está obligado a ser heraldo de la verdad, defensor de las causas justas, protector de los débiles y en suma, un hombre -o mujer- de Bien. Creyente en Dios, firme baluarte de su patria y orgulloso paladín de la honestidad… Eso, le dará como premio, la respetabilidad y el valor profesional que deberá acompañarlo a lo largo de su carrera y por todo el tiempo que se prolongue su vida…

EL PODER Y… LA FIESTA

Desde el primer día de su identificación como periodista, el hombre -o mujer- así calificado (a), será invadido por el “bichito” o tentación  del poder. Y esto, es inevitable. Pero, es necesario  recordar siempre, que “el poder es una droga” y que su exceso, puede alejar de las orillas de la razón, a quienes intervienen en política, disponen de medios económicos,  representan a un  medio de expresión u ocupan cualquier cargo investido de autoridad… Y el poder, como la Ley y las armas, dependen de quién los tenga entre manos… El poder, dijo una vez cierto filósofo, debe ser como la espada: “ni la saques sin motivo, ni la envaines sin honor”.- El poder de la prensa, ejercido en nombre de una causa justa, o en amparo de quien es víctima de abuso, es altamente honorable, al margen del riesgo, que esto represente para el periodista, como debe darse por hecho… Un moderno escritor ha sentenciado: “Por principio, todos los gobernantes, son enemigos de la Libertad de Prensa y de expresión”.- Luego, enriqueciendo su pensamiento, ha ampliado: “Y esto es así, simplemente, porque a nadie le agrada que en el instante en que está por apropiarse -por ejemplo de un millón de dólares- aparezca un periodista que lo ponga en evidencia”… Y como en el amor -cuando es verdadero- quien desee hacerse profesional del periodismo, debe reconocer en sí, la convicción  que esto implica, no sólo como el bailarín que va a una fiesta a divertirse, sino como “el quijotesco caballero -o dama-  que vela sus armas, -en este caso, de la verdad y la inteligencia- antes de entrar en batalla”…

EL PERIODISMO COMO PROFESIÓN

Si algún consejo estoy en capacidad de dar a los jóvenes de esta Casa de Estudios, es siguiente: “Nunca dejen de estudiar y… aprendan siempre de los mejores”… El aprendizaje profesional, -que no se detiene nunca- debe nutrirse sobre todo, de los escritores que antes de consagrarse universalmente, fueron periodistas… Hablemos de Ray Bradbury, de Ernest Hemingway, de Gabriel García Márquez, de José Carlos Mariátegui, de Manuel Scorza  y de aquellos que inviten a la visita, de acuerdo a la vocación firme del estudiante. El ser humano, tiende  a imitar lo que más le gusta. A la breve lista de los autores referidos, el estudiante, puede y debe añadir, los que más le atraigan, sobre todo, por el estilo de “párrafo corto” y “musicalidad de la frase”, que luego les servirá mucho, cuando deba redactar “notas periodísticas”  y “crónicas enriquecidas por ribetes  literarios”.

-El genial García Márquez, recomendaba: “leer las notas propias en voz alta -de preferencia en privado-, prestando atención al ritmo que tiene la narración”.- A mayor abundamiento, en uno de sus célebres relatos, presenta, un entierro en cierto pueblo de la ciénaga, en el curso del cual, los enterradores “ebrios y vaciladores”, llevan el ataúd cantando y bailando, con tal ritmo que el propio muerto dentro de su caja, palmoteaba también”.-

Esto es, claramente una exageración del “realismo mágico”, pero…”como todo cuento, tiene en el fondo,  algo de verdad”.

-Y en este caso, el mensaje que debemos extraer, es que todo aquello que capta la atención del gran público,” tiene algo de buen ritmo”-, como bien demuestra la música popular, entre otras cosas.

“EL MITO DEL PERIODISTA POBRE”

“La vieja habladuría” (forma vulgar de la información no  siempre válida), se ha regocijado en señalar al periodismo, como una “profesión de pobres”. Y, afortunadamente, al correr de los tiempos, esto -si alguna vez fue cierto- ha dejado de serlo ahora.

-“El periodismo es una nave que puede llevarte a cualquier puerto… a condición de que desembarques a tiempo”, decía otra frase que nos aludía indirectamente.

Hoy por hoy, el periodista que nunca deje de aprender y cultivar sabiamente sus relaciones, siempre tendrá oportunidades como creativo publicitario, ejecutivo de relaciones públicas, asesor de imagen para todo tipo de empresas y finalmente, propietario de su propio medio de comunicación.

Acerca de esto último, si bien, antiguamente, para editar un diario, se precisaba un importante capital, hoy, con unos modestos ahorros y la colaboración de dos o tres colegas, se puede lanzar “a la nube electrónica” un “portal on line”, cuyo éxito, incluso en la captación de avisaje, dependerá de lo bien que hagamos nuestro trabajo. Actualmente, casi no queda institución cultural comercial, o profesional, que carezca de un medio así. Lo mismo va ocurriendo en la televisión, en cuyo espectro electrónico, ahora es posible “tomar en alquiler” espacios noticiosos o de entretenimiento. Incluso los novísimos elementos comunicacionales, hacen cada vez más accesible el citado espacio que, cumpliendo con las leyes correspondientes, puede ser administrado por cualquier profesional del periodismo.

Bueno. En realidad, el título de la conferencia a dictar mañana al medio día en el auditorio de la Universidad Jaime Bausate y Meza”, lleva por título: “Aventuras y Desventuras de un Periodista”, y en esta columna, sólo he querido formular una cordial invitación a todos los alumnos de esta Casa de Estudios, donde se forjan los mejores periodistas del Perú. Espero que nos encontremos ahí y que me formulen todas las preguntas que crean necesarias. Eso demostrará la verdadera vocación periodística de ustedes y en mi caso… comprobará si la vida que sigo viviendo, es en verdad interesante. Yo creo que si…¡Hasta mañana!

 

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