La indisciplina en medio de la pandemia

 

El tema de la indisciplina no es exclusivo de estos tiempos de pandemia porque antaño el tormento de las escapadas furtivas se daba entre todas las capas disponibles, sea en clubes o la misma selección peruana.

Será difícil establecer quien de todos fue el más indisciplinado o el colectivo cómplice de varios cargaron con la sacada de vuelta al buen comportamiento. Todos ellos se unieron en una sola idea para los deslices que provocaron muchos dolores de cabeza a los dirigentes.

El mal  no ha sido posible desterrarlo de la cultura chicha futbolera. En el pasado se contabiliza que en pleno proceso para México 70 había que poner doble vigilancia en el Colegio Militar Leoncio Prado lugar donde Didí tenía acuartelados a sus pupilos.

En la exageración del control milimétrico el colombiano José Luis Pinto mientras estuvo en Alianza Lima, aparecía sin previo aviso en las habitaciones de los aliancistas. Un celador implacable que  atrajo muchas antipatías de los jugadores pero al final Alianza Lima fue campeón del fútbol peruano después de 18 años.

El caso Miramar aparece también en el recuerdo como secuencia muy criticada en su momento tratándose de jugadores de la selección en el que también se vieron involucradas varias voleibolistas.

Juan Carlos Oblitas era el técnico de ese entonces. No hubo sanciones drásticas, tampoco condenas. Quedaba en ellos (los implicados) y su conciencia el error cometido.

Cuando Chemo Del Solar estuvo al mando de la selección peruana ocurrió el sonado caso del Country Club Los Inkas. Entre los acusados estuvo Claudio Pizarro. El ex jugador del Bayern Múnich no aceptó culpa alguna. El Bombardero acudió a instancias del control mundial del fútbol.  No se aclaró del todo si fue parte del bolsón de indisciplinados.

Chemo Del Solar separó a los involucrados y aunque su decisión fue muy elogiada, el entrenador de César Vallejo que participa en la Liga 1 no pasó a la historia como el más severo entrenador de las selecciones peruanas.

Raymond Manco, el Jotita con más futuro, también cayó en las garras de creerse el dueño de la farándula, confundido en que podía ser el ‘rey’ y que nada ni nadie podía tocarlo.

Llegamos a la actualidad donde Carlos Ascues saca de muy dentro arcadas de indisciplina de insospechado futuro. En Alianza Lima fue un caserito de las salidas y cuando ya se creía que se había corregido, en Alianza Atlético vuelve a las andadas.

Campeón de la Copa América con la selección desperdicia su gran talento en errores recurrentes en un auto flagelo para demostrar que su frenético declive tiene que ver con un desajuste de comportamiento que debe ser tratado por un profesional.

 

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