Pero como se sabe –aunque a veces se olvida- lo asombroso de los milagros, es que suceden aunque a veces los haga “Don Sata”, mi estimado.
SE LE APARECIÓ “EL VAMPIRO”
Pero de pronto, se le apareció el vampiro. Si pues. El firme. El más bacán “chupasangre” que jamás haya parido Hollywood. El propio Bela Lugosi en persona, con capa de conde transilvánico y falsos colmillos de material plástico.
Dicho mofostro del celuloide, había sido en sus tiempos -como ustedes NO saben- dirigente sindical de los actores rumanos, razón por la cual, hubo de emigrar a los Estates, cuando sus empleadores de allende los Cárpatos se hartaron de sus reclamos y las huelgas que solía convocar.
A Hollywood, llegó en plan de galán y como tal, filmó una, o dos películas, sin embargo, el rol de “Drácula” lo consagró para siempre y le hizo ganar muy buen dinero. Lo malo habría de ser, que el hombre se aficionó a la morfina y se enredó además, con una serie de estrellitas media caña que lo precipitaron por la pendiente de cinco divorcios al hilo, que unidos a los opiáceos que se inyectaba, lo hicieron anclar en la extraña manía de dormir en un ataúd negro y ataviado con la tenida del famoso conde que inventó Bram Stoker en una noche de indigestión, según contó alguna vez.
Con todo, Bela Lugosi, se comprometió a representar a Moe en su justificado reclamo y así diciendo, se apareció teatralmente en la Gerencia de la Columbia, donde si bien fue recibido con la cortesía que se adeuda a una estrella del pasado, no le dieron mayor pelota, pues su esplendor terrorífico iba ya, más bien de capa caída.
Y al poco tiempo, sin cruz ni estaca al pecho, Bela Lugosi murió, esta vez a la franca, llevándose al más allá la última esperanza del chiflado superviviente. Moe, que lo acompañó en el tramo final de su agonía, escuchó de sus labios delirantes una promesa. Si pues. El Vampiro más famoso del mundo, le murmuró antes de partir al encuentro con Don Sata: “Yo te haré justicia, desde el más allá”.- Y dobló nomas, sin una lágrima en sus ojos. Y el viejo Moe, siguió dándole al lustre y cumpliendo los más humillantes encargos, de todo títere sin cabeza. Además, sin dudas ni murmuraciones.
De pronto, una noche romántica y estrellada, se le apareció un joven “lawyer” de Los Ángeles, pintón, muy bien vestido y, sobre todo, interesadísimo, en tomar a su cargo, los vulnerados derechos de Mosses Horwitz, que era la chapa firmeza del ya escaldado Moe.
Le dijo que no temiera el despido, pues él, -es decir, el boga- le pagaría un salario razonable, hasta el día terminal del juicio que iba a entablar a su nombre a la poderosa Columbia.
Y efectivamente. El abogado planteó la demanda, la Columbia despidió a Moe y se inició un litigio que habría de durar siete años. Pero…pero… al fin y al cabo, la justicia –que allá si hay- falló a favor de Moe, e incluso reconoció su condición de viudo heredero, en el tema de los libretos de su esposa Esther.
Y así de golpe y porrazo, como en una peli de “Los Tres Chiflados”, el ya anciano Moe, resultó cobrando un billetón, se compró un Cadillac de segundilla –la pobreza siembra malas costumbres- y se dedicó a leer La Biblia, comprendiendo que lo asombroso de los milagros, es que suceden, como dice el genial “Gabo”, oiga usted.
En cuanto a la identidad de su inesperado benefactor, creo que ustedes ya lo habrán adivinado: Bela Lugosi Jr. El Hijo del Vampiro, “Attorney at Law in Los Ángeles City”,- para que sufran los sapos envidiosos.
Hay historias del más allá, que sólo resultan creíbles cuando se materializan en el más acá.
PERO QUE SON… SON, MY BROTHER
Olvidaba contarles que, el discurso fúnebre de Bela Lugosi, lo pronunció Boris Karloff como no podía ser de otro modo, en tanto el rumboso funeral de “El Rey de los Vampiros”, lo pagó Frank Sinatra, “por encargo de un amigo de los amigos”, como se dice en el lenguaje de Al Capone.
Y así como los “chimbombos” peruvianos, son tan caídos, que en vez del SIDA, los ataca e “rasca-rasca”, a mí nunca me ha atacado un vampiro, pero hace tres noches, toda una escuadra de zancudos “Súper-Jets” se filtró volando a mis aposentos chupándome la sangre al más puro estilo vampiresco- ¿No serán enviados de Bela, estos hijos de la Gran Vampireada? ¿Qué opinan ustedes?
caudavila2@hotmail.com
PD.- Frank Sinatra, pagó los lujosos funerales del “Rey de los Vampiros”, por hacer un favor al “amigo de un amigo”, como se dice en el idioma de Al Capone.