Lima y el Perú como sede futbolera

 

Para nadie es un misterio que en este quinto mes del año 2025 el fútbol peruano sigue rodando como la pelota en una crisis debido a varios factores, incluyendo disputas por los derechos de televisión, incumplimiento de pagos a los clubes y conflictos entre la Federación Peruana de Fútbol (FPF) y las empresas de transmisión que se reflejan, finalmente, en la posición que tiene el espejo de todos -la Selección de mayores- que está penúltima con 10 puntos en las Eliminatorias mundialistas y con remotas posibilidades de estar presente el 2026 en el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá. Futbolísticamente hoy no somos nadie y si no fuera por lo que ocurre con Chile y Bolivia que, igual están como nosotros sería bueno que nos vayamos acostumbremos a olvidarnos de la famosa frase ser o no ser de William Shakespeare (1564-1616) y sí a la idea de no tener nada y ser feliz como algo más que respetable, aunque no vaya con aquellos que buscan la perfección espiritual y física.

Y en esa expresión de “no tener nada y ser siempre favorecido» asociada al pensamiento de que la felicidad puede encontrarse, incluso, sin posesiones materiales, en este caso futbolísticas, es que a comienzos de esta semana nos encontramos con una gran noticia: que el Perú -concretamente el estadio Monumental de Ate- será el próximo 29 de noviembre por segunda vez sede de la definición del título de la Copa Libertadores 2025 como ya lo fue ese mismo escenario el 23 de noviembre de 2019 cuando se enfrentaron Flamengo y River Plate que ganara el equipo brasileño por 2-1 con la presencia de miles de hinchas argentinos, brasileños y, por supuesto peruanos que en un número de 80,093 siguieron las alternativas desde los asientos del estadio de Ate.

 «No poseerás nada y serás feliz» es la frase que más se escucha hablar en los foros mundiales y que vemos y escuchamos en la televisión o leemos en los diarios y en el Internet. Es la misma que nos da entender que la propia felicidad llega de una situación de acumulación de bienes pero menos en el caso nuestro de tener -del que hoy me ocupo- de estar pasando por un alto nivel futbolístico y que los ojos del mundo no dejan de mirar nuestros escenarios deportivos como atractivos a todo dar. Nada de nada. El fútbol es, sin duda, una industria lucrativa, incluso para un club de élite. Sin embargo, para la mayoría de los clubes de fútbol más pequeños, este deporte presenta serios desafíos financieros.

 ¿Cuánto vale hoy el negocio del fútbol? No podrá perderse en las sombras del misterio que hoy el mercado general creció hasta los 35.300 millones de euros. Las «cinco grandes ligas europeas (Premier League de Inglaterra, la Liga de España, la Serie A de Italia, la Bundesliga de Alemania y la Ligue 1 de Francia) siguen liderando proporcionalmente este mundo redondo del fútbol contribuyendo con 19.600 millones de euros (56%) Me pregunto, entonces, ¿qué tan grande es el negocio del fútbol? Es fácil encontrar la respuesta: el tamaño del mercado mundial del fútbol se valoró en USD 3,1 mil millones en 2023, como estaba previsto creció USD 3,22 mil millones el año pasado y ya para el año 2,032 se estima en USD 4,34 mil millones creciendo a una CAGR (Compound Annual Growth Rate o «Tasa de Crecimiento Anual Compuesta») del 3,8% durante el período de pronóstico (2025-2032). El CAGR es una métrica financiera que calcula la tasa de crecimiento promedio anual de una inversión durante un período específico, considerando la reinversión de los intereses o ganancias. Y, en el fútbol nada se pierde. Todos ganan.

Lo cierto es que si la organización logística de la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) en tan sólo 12 días armó todo el espectáculo el 2019; que llegaron a Lima cerca de 70 mil turistas a ver esa final; que nuestro país con toda la seguridad disponible como lo fue ese año nuevamente será sede de esa la histórica fiesta deportiva ya es para sentirnos felices aun cuando nuestra Selección seguirá en deuda con su fiel hinchada. Las garantías están dadas y ahora queda llevar adelante un trabajo en conjunto del Ejecutivo con la FPF buscarán y que el partido ocupe la atención mundial, tal y como sucedió hace seis años. Que nuestra cultura milenaria, la hospitalidad del peruano y nuestra ya reconocida  mundialmente gastronomía den paseo a lo que será esta inolvidable final copera que ya tuvo ese 2019 transmitiendo desde Ate, por primera vez, un partido de fútbol a la BBC de Londres. Esa final fue seguida en vivo por una audiencia potencial de 5 mil millones de personas en todo el mundo. De esta manera, un total de 169 países de los cinco continentes pudieron disfrutar de ese partido.

Que el Perú deportivo esté a la altura de los grandes retos y que con orgullo, responsabilidad y entusiasmo demuestre, una vez más, que no porque en nuestro fútbol hoy no nos va tan bien, en la vida todos necesitamos de alguien que nos haga crecer. La Conmebol nos eligió sobre otros tres países postulantes (Brasil, Uruguay y Paraguay) para ser sede esta final del 2025 y ya comenzamos a ganar algo. Que en la cancha nuestros equipos y seleccionados hagan lo mismo. Total, el fútbol es la inteligencia que va de la cabeza a los pies.

 

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