“Lolo Fernández”, el goleador, ídolo de todos los peruanos

 

La historia futbolística del Perú tiene un héroe paradigmático como goleador indiscutible. Ese es Teodoro Fernández Meizán, más conocido como “Lolo Fernández”, que durante toda su vida vistió una sola camiseta, la de color crema de Universitario de Deportes. Ahí nació en alas de la fama, ahí compartió jornadas inolvidables con sus hermanos Arturo y Eduardo, este último conocido como “Lolin”. Su prestigio fue más allá de las fronteras del territorio nacional, sobre todo cuantas veces vistió la sagrada bicolor.

En Europa como en América Latina, los arqueros sabían de la potencia de su “shot”. Sobre el particular se escribieron muchas páginas de hechos reales, aunque también otros tantos surgidos de la imaginación. Lo cierto es que Lolo Fernández sigue en el primer lugar como el máximo centro delantero del balompié peruano. A la fecha no hay quien se le pueda comparar. El día de su despedida y antes de entregar al juvenil Manuel Arce, lo hizo de manera magistral, haciendo tres (3) goles en el clásico con Alianza Lima.

Nació el 20 de mayo de 1913 en la Hacienda Hualcará en la localidad de San Vicente de Cañete. Fue el antepenúltimo de los ocho hijos que tuvo el matrimonio formado por Tomás Fernández Cisneros (administrador de la hacienda) y Raymunda Meyzán (ama de casa). Estudió primaria en la Escuela Fiscal No.1510 de Hualcará. Estuvo casado con Elvira Fernández Meyer, con quien contrajo matrimonio en 1937 y tuvo dos hijos: Teodoro y Marina.

Tras culminar su carrera como futbolista, Lolo pasó a recibir una pensión mensual de parte del club al cual defendió durante 23 años, Universitario de Deportes. El equipo también realizó una colecta para que pudiera tener su casa propia. A pesar de eso, trabajó en el Archivo de la Aduana del Callao, en tiendas de accesorios deportivos y escribiendo artículos en semanarios deportivos. Sus compañeros de trabajo lo recuerdan como «una persona amable y muy puntual». Durante los años 1970, dirigió algunas prácticas de las divisiones inferiores de Universitario, además instruyó a los jóvenes de la época.[]​ El reconocimiento logrado en años anteriores hizo que sea invitado a algunos programas de televisión en donde se le realizó diversos homenajes. El 30 de agosto de 1983, se realizó un partido amistoso en el Estadio Lolo Fernández conmemorando los 30 años de su retiro.

En ese mismo año, viajó a Estados Unidos para someterse a una operación. Unos años después (1989), fue internado en la Clínica Maison de Santé debido a su avanzada edad, en dicho lugar recibió la visita de familiares, amigos e hinchas de Universitario de Deportes. El martes 17 de septiembre de 1996, Fernández falleció a la edad de 83 años. A su sepelio asistieron personalidades de todas las edades, entre hinchas y aficionados del fútbol.[28]​ Su ataúd fue cubierto con una bandera de Universitario, además el féretro se paseó por la cancha del Estadio Lolo Fernández, simulando una última vuelta olímpica. Al salir del estadio y yendo rumbo al cementerio, se intentó poner el féretro en la carroza pero la cantidad de personas obligó que sus restos fueran llevados a pie hasta la avenida Alfonso Ugarte. Sus restos fueron sepultados en el Cementerio Parque del Recuerdo del distrito de Lurín.

 

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