La telaraña del narcoimperio

shadow

 

Los hermanos Margarito y Pedro Flores, de 33 años,  ex pandilleros de Chicago, se convirtieron en la pieza clave de los carteles mexicanos para el envío de cocaína, marihuana y anfetamina, entre otras drogas,  hasta que  al verse perdidos, negociaron la reducción de sus condenas revelando los entretelones del narcoimperio.

En una turbulenta historia que supera a las de los emblemáticos Joaquín Guzmán (a) “El Chapo” o Amado Carrillo (a) “Señor de los cielos”, los mellizos de 35 años levantaron su imperio alrededor de 1998 en Chicago, donde nacieron iniciando su meteórica carrera mafiosa vendiendo drogas en baririos como “Little Village” o la “Villita” y “Pilsen”, lo que les granjeó el respeto de los carteles mexicanos de Sinaloa y el clan de los Beltrán Leyva, revela un informe de Univisión.

https://www.youtube.com/watch?v=GaZQ-j1sluQ

Ante los tribunales Margarito confesó que , en sus mejores épocas, distribuyeron en Chicago entre 1,500 y 2,000 kilos de cocaína al mes, mediante tráilers  con compartimientos secretos donde se escondía la cocaína y usado luego para llevar de regreso a México el dinero producto de las ventas.

Como era de esperarse, se convirtieron en las piezas claves de los emergentes carteles mexicanos que rivalizaban con los mafiosos colombianos a sangre y fuego.

Los agentes de la DEA seguían los pasos de los hermanos mellizos en Chicago quienes, al ser encausados formalmente en Winsonsin, hicieron maletas y en el 2003 se mudaron a vivir a México declaró a Univision el abogado de Chicago Joseph López.

https://www.youtube.com/watch?v=IX_pzywvRsY

Durante meses los agentes acumularon pruebas de sus vinculaciones con el tráfico de drogas durante trece años y, según los documentos judiciales difundidos por Univision, las autoridades federales les confiscaron en ese entonces cinco propiedades en el estado de Illinois (tres en Chicago, una en Oak Forest y otra Romeoville) que habían adquirido usando como testaferros a una novia, un bisabuelo y amigos.

Para la transacción de la propiedad en Romeoville, Pedro solicitó una hipoteca aportando como prueba falsa de ingreso un sueldo de $6,000 dólares mensuales como propietario de las peluquerías Millenium Cuts, afirma la acusación.

Pero la súbita mudanza no significaba que abandonaban el negocio de la droga sino que, por lo contrario, afinaron la organización, con algunos muertos en el camino, y desde México continuaron hasta consolidar los tres anillos que hacían posible su funcionamiento:

   – El cartel proveedor en México de cocaína, heroína y marihuana.

   – La organización en Chicago, con una planta de personal “selecto” responsable de la distribución y venta de la droga y la recolección del dinero.

  – la cadena de30  distribuidores mayoristas en ocho ciudades de Estados Unidos : Chicago; New York; Washington, D.C.; Filadelfia; Cincinnati; Columbus; Detroit; y Los Ángeles. También tenía un mayorista en Vancouver, Canadá.

Como empresarios “visionarios”, los mellizos no se limitaban a la venta y distribución de la droga sino que ampliaron su red, una verdadera telaraña de compartimientos, recibir dinero producto de la venta, almacenarlo en caletas alrededor del área de Chicago, empacarlo y enviarlo a México con una detallada contabilidad.

Si tenemos en cuenta que las transacciones eran por millones de dólares, en  billetes circulares, la maquinaria funcionaba casi a la perfección dirigida por los hermanos para que no faltase ni un dólar, bajo pena de muerte .

Este capìtulo fue revelado por un testigo interrogado por la DEA en septiembre de 2010 que fue citado por los hermanos para prestar un trabajo temporal en una de las casas donde se guardaba el efectivo en Maryland.

https://www.youtube.com/watch?v=c8swslQUrq0

Declaró que los mellizos Flores lo llevaron a un parqueadero de IKEA donde dos hombres de la raza negra les entregaron las llaves de un Chevrolet negro en cuyo portamaletas había entre $1.7 a $2.5 millones de dólares.

Era el primer pago de una deuda por venta de drogas que ascendía a $10 millones de dólares. Como los Flores no tenían donde guardar tanto dinero, la mayoría en billetes de $20, suspendieron la recaudación y regresaron a Chicago para volver tres semanas después. Esta vez el efectivo fue puesto en una camioneta que manejó de regreso a Chicago uno de los miembros de la organización de los mellizos.

En las caletas o sótanos de casas compradas por la organización a través de testaferros, el dinero era empacado al vacío, listo para ser enviado a México a través de intermediario o correos que también estaban bajo el mando de los Flores, agregó el testigo.

Los Flores estaban obligados a llevar una contabilidad de la operación y respondían por la compra de armas cortas y largas para el personal de su organización que guardaban en bodegas adaptadas de Plainfield, Illinois.

En la cumbre del negocio

En sus correrías por Guadalajara, los Flores conocieron  en el 2005 a Alfredo Vásquez Hernández, un ex lugarteniente de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera. Pedro se lo presentó a Margarito en un hospital de esa ciudad donde Vásquez se recuperaba de una cirugía plástica. El abogado de Vásquez sostuvo que su cliente buscó a los hermanos para venderles su casa de Guadalajara luego de que se enteró que tenían bastante dinero y buscaban inversiones en bienes raíces.

«Aunque no llegaron a un acuerdo sobre la compra de la casa, siguieron de amigos y tenían contacto a lo largo de los años”, anotó el abogado de Vásquez, Paul Brayman.

https://www.youtube.com/watch?v=rMdBoPgrft0

Los Flores afirman que después de varios encuentros entendieron que Vásquez era el camino para llegar a “El Chapo” Guzmán porque, además de ser amigo de infancia del mafioso  y haber sido padrino de uno de sus hijos,  aseguraba que había colaborado con “El Chapo” en el transporte de cocaína en aviones y sumergibles desde Colombia a México.

También alardeó de haber ayudado en el envío de la mercancía por tren de carga y de su papel de intermediario para el pago de los suplidores de droga de Guzmán y de los compradores en Estados Unidos.

Los Flores recibían droga del Cartel de Sinaloa, pero de miembros de nivel medio y bajo, hasta que  en mayo de 2005, conocieron a los duros del Cartel: “El Chapo”, Ismael “El Mayo” Zambada, su hijo Vicente y Tomás Arévalo Rentería.

https://www.youtube.com/watch?v=E9t296rX5D0

La primera reunión se realizó en Culiacán con el hijo de Zambada. De entrada discutieron una deuda que los mellizos tenían pendiente con algunos miembros del cartel. Los hermanos se comprometieron a pagarla. Posteriormente fueron llevados en una avioneta a uno de los campamentos de Guzmán y allí el narcotraficante se acogió a los términos del acuerdo al que habían llegado con los Zambada.

«La reunión marcó la primera interacción de los hermanos Flores con el liderazgo del cartel”, anota un documento de la corte.

El acuerdo se centraba en dos puntos: entrega de droga a crédito y responsabilidad de su pago en caso de pérdida. Considerando la exitosa carrera de los Flores, los sinaloenses aceptaron que podrían pagar después de la venta de la mercancía. En cuanto a la pérdida de drogas por robo o confiscación de las autoridades, se llegó a un arreglo mediante el cual el cartel respondería hasta un punto previamente acordado, y los Flores a partir de ese punto hasta que fuese vendida. Los jefes del cartel serían responsables de cruzar la droga por la frontera con Estados Unidos.

«La localidad que se usaba para determinar quién sería responsable de la cocaína (en caso de ser confiscada o robada) también era usada para determinar el precio”, explicó Margarito. En esa época un kilo de cocaína en Guadalajara tenía un precio al por mayor de $18 mil dólares, y el mismo kilo se vendía en Chicago en $30 mil dólares.

Los Flores llegaron a un acuerdo para establecer una serie de compañías que les permitiera mover la cocaína más fácil a lo largo y ancho de Estados Unidos. El plan consistía en «montar una empresa importadora que sería legítima, y de hecho importaría y vendería mercancías, sin embargo el propósito real era que sirviera de fachada para transportar cocaína en ferrocarril”, explicó Margarito.

La red se ensanchó con ferrocarriles en cuyos vagones se camuflaba la droga al por mayor,

 de $100 mil a varios millones de dólares. Si el monto era muy alto preferían usar aviones privados.

Traición con traición se paga

Por aire, mar y tierra, la droga era enviada a Estados Unidos, en un negocio blindado a toda investigación, con sobornos o balas, lo que dio excesiva confianza a los Flores que, a mediados de 2008, regresaron a Estados Unidos para arreglar sus problemas con la justicia.

Un documento de la corte de distrito Este de Wisconsin señala que Margarito se presentó en julio de 2009 con su abogado y se declaró culpable. Ambos empezaron a cooperar con las autoridades y para tal fin continuaron normalmente en el negocio, siempre con la mira puesta en los cabecillas del Cartel de Sinaloa.

Circulan versiones de que los mellizos se sintieron traicionados por el “Chappo” y, antes de ser avasallados, prefirieron delatarlo. Y es que en la mafia traición se paga con traición.

https://www.youtube.com/watch?v=JgYxGrSL9to

En octubre de 2008 lograron reunirse con Guzmán, Ismael El Mayo Zambada y su hijo Vicente, quienes staban furiosos por la extradición de Jesús Zambada García, hermano de “El Mayo”. Mayo.

En un momento Ismael dijo: «Sería bueno enviarle un mensaje a los gringos. Lo que hagamos lo tenemos que hacer en el territorio de otro, en el humo (referencia a Ciudad México que en ese momento estaba bajo el control de los Beltrán Leyva).

Guzmán propuso como blanco del ataque un edificio del gobierno. «Una embajada o un consulado, un medio de comunicación o una estación de televisión”.

Zambada le pidió a Margarito que comprara bazukas y otras armas de largo alcance, así como granadas para  los atentados.

Los mellizos andaban armados de grabadoras siempre al acecho. El 3 de noviembre las pusieron a funcionar con motivo de una celebración en su casa de Guadalajara a la que asistió Vásquez. Fue allí donde quedó plasmada la conversación en la que el nuevo socio relató sus aventuras de la utilización de los aviones Jumbo 747 con ayuda humanitaria y los cargamentos de cocaína del Chapo que salían de Colombia en sumergibles.

 La grabación es confusa y de baja calidad, alega Brayman, el abogado de Vásquez. Según lo refleja la transcripción, disponible sólo en la traducción al inglés, hay varias personas hablando simultáneamente.

En un punto de la conversación grabada Vásquez, le comenta a uno de los mellizos identificado como Informante 1: «Envía un 747”

   – Informante 1: Pero es un avión personal o un avión [ininteligible]

   – Vásquez: De carga, grande

   – Informante 1: 747?

   – Vásquez: No tiene sillas ni nada, productos de Bogotá

   – Informante 1: ¿Pero eso es para llevar el dinero y pagarle a todo el mundo, correcto?

   – Vásquez: Si, de hecho yo lo usé hace dos años

   – Informante 1: Pero allá abajo, ¿el avión?

   – Vásquez: Nada, la gente, la gente, el material

Los Flores continuaron grabando y después de varios intentos lograron poner al teléfono al propio “El Chapo” Guzmán el 15 de noviembre. Según la transcripción de la conversación, Pedro saluda a Guzmán, y después de una breve conversación trivial, le pregunta si le puede rebajar $5 mil dólares en el precio de un cargamento de heroína de 20 kilos que había recibido de él.

Guzmán acepta y dice que al día siguiente va a enviar a alguien a recoger el dinero.

Pedro promete pagarle un adelanto de $400 mil dólares. Guzmán le pasa el teléfono a uno de sus asistentes para que tome los datos de la entrega del dinero y al tomar de nuevo la llamada, Pedro le dice a Guzmán que se le está acabando la droga. Solo le quedan tres kilos. Guzmán no puede ocultar su emoción.

   – Chapo: Chinga de tu madre, yo pensé que tu salías de a poquitos

   – Pedro: La verdad es que salió chingón de buena, para que le voy a mentir

La sentencia

Con las pruebas en mano,  los hermanos Flores debieron salir de urgencia de México por órdenes de la DEA el 30 de noviembre de 2008, en siete vehículos  y en la frontera llamaron a los agentes  que los ayudaron a ingresar a Estados Unidos.

Al declararse culpables, Pedro y Margarito entregaron al gobierno de Estados Unidos $3.5 millones de dólares de una cuenta bancaria no identificada más propiedades.

Los hermanos Flores fueron sentenciados a 14 años de prisión por dirigir una banda de narcos en Estados Unidos.

De esta maneras se salvaron de una eventual cadena perpetua mediante su“cooperación”  permitió instruir cargos al «Chapo» Guzmán y otras 50 personas.

Pedro y Margarito Flores fueron caracterizados por la fiscalía como los informantes narcos más valiosos en la historia. El juez Rubén Castillo calificó a los mellizos idénticos como los mayores narcotraficantes que comparecen ante su tribunal.

https://www.youtube.com/watch?v=Y6XNoqZy_g4

Si no cooperaban, los fiscales dijeron que los mellizos habrían enfrentado casi seguramente cadena perpetua. Pero el gobierno solicitó una sentencia de unos 10 años y no más de 16 .

Su padre, Margarito Flores padre, parece haber pagado la cooperación de sus hijos con la vida. Fue secuestrado en México en cuanto se difundió la noticia sobre la cooperación de sus hijos, según documentos del gobierno.

 

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.

203100
V: 2467 | 33