Cuando en un campeonato deportivo está jugando nuestro equipo favorito y sobre todo si va perdiendo, a la barra rival la vemos como la personificación del maligno y le dedicamos nuestros deseos más destructivos. En cambio, si juega la selección nacional contra la de otro país, nos volvemos uno con el enemigo de ayer porque somos aliados en un nivel superior.
Este principio es muy conocido pero que no nos engañe su simpleza: Se denomina “modelo segmentario”, estudiado en 1940 por el científico social Evans-Pritchard y más adelante por Gerd Baumann (Amsterdam 1953-2014) y representa uno de los modos de aceptación y rechazo de unos individuos hacia otros.
Otro modelo: Tomás de Aquino, el docto teólogo elevado a los altares y admirador de los filósofos clásicos de Grecia, no podía tolerar que Sócrates, Platón y Aristóteles estuvieran en el infierno –solo los cristianos podían salvarse- ya que, aunque no fuera su culpa, Cristo les había llegado demasiado tarde.
La solución que halló Tomás a ese dilema de conciencia fue decretar que el alma humana es cristiana por naturaleza, con lo que sus admirados, aunque paganos filósofos, obtuvieron pase libre a la cristiandad y al cielo como consecuencia.
Esta ingeniosa mezcla de teología con astucia ilustra lo que la antropología denomina sistema de “asimilación”,y lo compara con el sistema hindú de castas.
Hay un tercer tipo de relación estudiado por los antropólogos sociales, y es cuando un grupo de personas, digamos, los “occidentales” deciden que son mejores que los exóticos integrantes de las culturas autóctonas, o sin ir tan lejos, incluso que los ciudadanos del denominado tercer mundo.
En ese contexto este podría ser un diálogo típico: -Yo soy racional y ordenado, en cambio tú eres supersticioso e informal. Y los “exóticos”: -Tú eres un miserable colonialista explotador y además, eres irresponsable con el ambiente.
Esta oposición, según Baumann, puede convertirse en diálogo cuando el que se cree superior acepta que el otro, el presunto inferior, conserva virtudes que son válidas: “Tú podrás ser informal pero en cambio eres creativo, espontáneo, conservas lo que yo he perdido”. Es el llamado sistema binario.
Volviendo al ejemplo de la rivalidad deportiva, o segmentación en lenguaje académico: Es la lógica de la fisión o enemistad en el nivel inferior que se puede superar en un nivel más elevado, por medio de una lógica de fusión o neutralización del conflicto. (Baumann).
Otra afirmación del respetado profesor holandés es que, en un mundo de estados federales, cuando los centros del poder presionan a favor de un monopolio de la toma de decisiones en perjuicio de niveles estratificados de gobierno o de autogobierno… los estratos segmentarios tienden a rebelarse. Como resultado, violencia.
Y la pregunta clave es ¿quién ha de tener el poder para definir el último vértice de la pirámide, donde se tome la decisión inapelable que sea capaz de unificar a los grupos discordantes?.
En nuestro sistema mundial la ONU cumple ese rol con un éxito relativo (a veces nulo) porque carece de elementos de coacción. A nivel de países, es más fácil para aquellos conformados por unidades con relativa autonomía, porque constituyen vértices a los que confluyen los conflictos desde niveles inferiores, y que debido a esa estructura segmentada no necesitan llegar al nivel máximo.
Es posible que para ese rol –ubicarse por encima de la política- sean útiles las actuales monarquías constitucionales, además de servir para que los medios nos atosiguen con fotos de bebés reales y heraldos que los anuncian.
El caso de Tomás de Aquino y sus filósofos se denomina “asimilación”, y está referido a que una “casta superior” absorbe a la presumida como inferior y de ese modo la acepta como interlocutora válida. Los cristianos asimilaron a los paganos convirtiéndolos a su fe “superior”.
El antropólogo que más ha estudiado este punto es Louis Dumont, y lo describe como la elaboración de identidad por la vía de la apropiación, Esto es, una categoría asume o adopta a la otra, o también: “No eres más que una parte de mí mismo”.
Esto se observa en las relaciones de género y era especialmente visible en la “adopción” de la mujer por parte del marido mediante el matrimonio, cuando los derechos no estaban todavía equiparados ante la ley como lo estánhoy en una parte del mundo.
Para todos los tipos de relación mencionados es aplicable la frase de Bauman: “Cuando el lenguaje falla, las gramáticas implosionan y la violencia estalla”.
Esto sugiere que es imprescindible buscar y hallar argumentos y razones para que el diálogo no se agote porque una de las partes haya pateado el tablero, sino porque encontraron mecanismos para entenderse y evitar una violencia que escale hasta hacerse inmanejable.
Varias ramas de la ciencias sociales se dedican a estudiar la enorme complejidad de las sociedades humanas, por eso conocemos sus entramados con bastante detalle.
Y sorprende mucho al no especialista descubrir que entre los grupos tribales o sociedades simples, haya tantas semejanzas con nosotros, por sofisticados que creamos ser a causa de nuestro adelanto tecnológico.