Por recibir amor el hombre llega a entender el sentido de la vida.
La esencia de la vida cristiana consiste en que nosotros recibimos la gracia que pasamos a otros. Tratamos de relacionarnos con los demás de la misma manera como Dios trata con nosotros. La moral no es entonces en primer lugar, una conciencia de los deberes sino transmitir a los prójimos la gracia de la vida...