Cuando el diablo juega
Lo conocí en una recepción de Embajada. Su pinta de galán agringado, enmarcada en su uniforme de aviador, lo hacían sumamente atractivo para las miradas femeninas. Y si a eso, se añadía su gran sentido del humor, no cabía duda de que era un candidato ideal para jugar al “Póker del Diablo”, que empieza a...