Libro, rueda, martillo, tijeras…
En un vuelo internacional esta semana: avión lleno, siete horas de vuelo, niños llorando. Nos dedicamos a espiar con algún disimulo el método elegido para matar el tiempo por quienes no trataban de dormir ni se enganchaban con la oferta fílmica de la aerolínea. A algo hay que dedicarse cuando no es una opción bajar...