Desde que en 1993 el abogado Nicolás Delfino sorprendió a los congresistas e hizo dar una ley que separaba el fútbol de la organización deportiva peruana, desde aquella época, el fútbol nacional es manejado por la Asamblea de la Federación Peruana de Fútbol y las autoridades gubernamentales no pueden hacer nada, pues ahora dependemos de la corrupta FIFA, que es la que manda en todas las esferas del fútbol nacional.
Quienes creyeron que la salida de Manuel Burga iba a beneficiar al fútbol peruano, en el entendido que ingresaría otro dirigente con mejores perspectivas y con capacidad de orden y progreso, se equivocaron de cabo a rabo, pues el Estatuto FIFA, que es el modelo del Estatuto de la Federación Peruana, obliga a elecciones internas, con sus bases para elegir al nuevo presidente. Y las Bases son las 25 Federaciones Regionales y los 16 clubes de la órbita profesional, desequilibrio que pone en ventaja a las departamentales, cuyos dirigentes nada aportan de beneficio al fútbol peruano y ahora están en una lucha sin cuartel por ganar la Copa Perú y que su representante ascienda al fútbol profesional.
Fue electo Edwin Oviedo, con el apoyo de la departamental de Lambayeque, de donde es su club, el Juan Aurich de Chiclayo. Un tipo que sabrá cómo lograr comprar la mayor cantidad de acciones de los cañaverales de su región, especialmente las que pertenecían a las haciendas de la familia Aurich, que el gobierno militar de Velasco Alvarado expropió y entregó a sus trabajadores.
Oviedo es cusqueño y su familia también. Se hizo de la mayoría de acciones de esas haciendas de los Aurich y también del club, al que sacó campeón el 2011. Y la presidencia de la Federación le ha quedado tan ancha que quien realmente decide es Juan Carlos Oblitas, nombrado director deportivo de la institución y quien decidió la contratación de un director técnico novato, como Ricardo Gareca, con quien nuestra selección da pena y vergüenza en las Eliminatorias mundialistas Rusia 2018. El “Ciego” le ha ratificado su confianza, a pesar que estamos en el antepenúltimo puesto con solo 4 puntos y solo delante de Bolivia con 3 y Venezuela con 1. OJO: se han disputado 18 puntos y el futuro es más negro que incierto. Y Oviedo ha dicho está bien.
El campeonato local es otro mamarracho, que la Federación, el ente rector del fútbol peruano, ni siquiera se preocupa en mejorar, brindando mejores ideas a los pésimos delegados de los clubes de la órbita profesional, cuyo último adefesio ha sido postergar para hoy, en la mañana, los 41 minutos que faltan jugar del clásico interrumpido por las bombardas que hicieron explotar malos hinchas en el estadio “Alejandro Villanueva”, que se jugaba el 1 de este mes. Las Bases dicen que los minutos siguientes deben jugarse dentro delas siguientes 24 horas, sin público y con los mismos protagonistas.
Así lo entendieron los delegados de Alianza y Universitario y firmaron el acuerdo, con la firma, también, del comisario del encuentro. Sorpresivamente salió una orden de la presidencia de la Asociación, dejando en el aire el acuerdo y el cumplimiento de las Bases, para luego salir con la nueva fecha, casi dos semanas después. Así anda de horrible nuestro pobre fútbol. ¿Quién podrá salvarlo? Quien sabe señor… Hasta la próxima.