Se fue Nadine… ¿Y Qué?

 

Sencillamente, “el Perú ha vuelto a la normalidad”, – como dijo el poeta Martín Adán, cuando parado a la puerta de “El Imperial”, antigua borrachería bohemia, le comunicaron que el General Odría, acababa de asaltar el poder. Desgraciadamente la impunidad de los delincuentes empoderados, es una práctica que viene desde La Colonia… Digo. Y quizás desde antes, oiga usted. Acaso de ahí provenga el “Karma” que seguimos pagando en subdesarrollo y las consecuentes lacras de tal condición, mi estimado… Porque de acuerdo a la filosofía hinduísta, cualesquiera de nuestras acciones, por mínima que sea-dicen que hasta beber un vaso de agua- pone en acción la dramática Ley del Karma”, que nos pasará la factura consiguiente. Unos creen que ahorita nomás, como canta el festejo, y otros afirman que una justicia suprema, eterna e inexorable, nos la guarda para futuras encarnaciones, lo cual explicaría ciertas taras congénitas que serían algo así como el pago a plazos -en módicas cuotas “encarnacionales”- por algunas de nuestras coqueterías pasadas. Aunque como premio consuelo, se nos informa –de yapa- que el “Karma” también funciona al revés y como dice el buen Deepak Chopra, “hasta el sentimiento de sincera compasión, que pueda inspirarnos la desgracia ajena”, nos genera –misma compra con bonus- un proporcional premio que nos otorgará la vida, cumpliendo la “Ley del Karma, que es como la de “La Viroca”… que a quien le toca… le toca… Guárdame es a flor, incrédulo del Diablo…

Una experiencia personal

En mi modesto caso, yo quiero creer, que en mi vida anterior, debo haber sido médico -o quién sabe “guachimán” nomás- de algún asilo de locos bravos. Uno de esos, en los que se aplicaba a los pobres loquillos, un tratamiento tipo “infierno terrenal”, hasta que empezaban a comprender en lo que habían metido, por dárselas de predicadores del paraíso, por ejemplo, andar tolacas por las calles, o practicar una de esas excentricidades, que ya van pasando de moda, sencillamente porque se inventa otras más bacanes, oiga usted.

Y sospecho mi draculesco pasado cumbiambero, porque no podría explicarse de otro modo, la indeseable atracción que me manejo, sobre borrachos malcriados, provocadores que no saben ni trompearse y esas novias que según mi hermano Juan Gonzalo Rose, “se marcharon bajo un farol/diciendo eternidades…”… – con la sutil diferencia, de que en mi caso, siempre se han ido más bien “diciendo barbaridades”, compadre… Otra: ¿Cómo entender las canalladas y traiciones que me han obsequiado los malos amigos a contraprestación de favores que les hice, inspirado por mi bobo “buen corazón” de lejanos tiempos?… Y es que el “karma” es como lo que dice el “Puma “Carranza, de su equipo favorito. “La “U” es la “U”, pe”… Y eso, no tiene “Alianza Lima” que le gane… Es el Karma, pues primito…

¿Y Ud.? ¿Quién cree haber sido?

En cierta asamblea pública, convocada por los “Hare Krisna” publicistas Namber Guan de la “reencarna”, un insolentón asistente, le disparó al “Prabú”, la siguiente pachotada: ¿Y Ud. me podría decir, quién he sido yo, en mi anterior vida?- A lo cual, el filósofo predicador de la Paz y el Bien, le respondió: “Más importante, es que Ud. mismo, sepa, quién es, en su presente vida”, – con lo cual, lo sacó el ring, hasta la próxima coca cola.

Pero no hay que desanimarse en cuestión curiosidad.

En los Yunaites, vivió en Virginia, hasta 1945, un ex tendero de nombre Edgar Cayce, quien luego de recibir un pelotazo de beisbol en la mitra, empezó a auto hipnotizarse, a fin de mitigar sus dolores. Y entonces de golpe “y porrazo” beisbolero, el hombre empezó a diagnosticar enfermedades y prescribir medicamentos, que incluso-para su tiempo- aún no habían salido a la venta. Luego, debutó “adivinando” la vida ajena con todos sus recuntecos y finalmente-ante el acoso periodístico- se ganó la chapa de “El Profeta Durmiente”, ya que dio en adelantar una serie de sucesos de la política mundial. Mala nota esa, compadre. La CIA lo acusó de estar al servicio de los sovietiskayas para que aprendiera a meterse en lo que no debía.

En fin. Como ya el tío, había aprendido a cobrar por sus vaticinios-porque gil, tampoco era- y apurado por gringos imprudentes, y viudas inconsolables, recomendó a quien deseara conocer alguito de sus anteriores lifes, descubrir qué aspectos históricos, qué personajes, -ciertos, legendarios o ficticios- qué panoramas , qué acontecimientos históricos o pintorescos, le atraían especialmente. -“Por ahí -según Cayce- había que seguir la pista”. -También aconsejaba, encontrar “en uno mismo”, esas pequeñas o grandes habilidades , que nadie podría explicar cómo las hemos adquirido y con las cuales, -en algunos casos-terminamos ganándonos la vida exitosamente.

Finalmente, puntualizaba, “descartar inútiles vanidades, tipo “Napoléon” o “Cleopatra”, pues lo más probable es que, el actual rol que cumplimos en la presente encarnación…”algo tenga que ver”, con lo que fuimos en nuestro lejano ayer, pero no necesariamente, como héroes, villanos, súper-candyes o gente- que se diga- para la historia..

“Un toque final”

Mi Bróder “Gorilyn” que se entromete en el merecumbé del más allá, me contó un día la “love story” de cierta pareja que se amaba intensamente y , por lo tanto, se había prometido que el primero en morir, volvería en fantoche y en directo, para contar cómo era la cueca por allanga. Y en efecto, el primero en partir, fue el marido, ocasionando la consiguiente opereta de lloradera y esas notas que tú sabes. Pero pasado el tiempo, la viuda, visitó a una médium que la puso en contacto con su ex monta, para que le cumpliera desde el otro barrio.

Y en efecto, tras una brumosa expectativa, con música de fondo tipo teleturca, se apareció el difunto, o…lo que quedaba de él, para el recuerdo.

Y entonces, empezó a contar que se había hecho vegetariano y practicaba el chuculún seis veces al día, además de ciertos ejercicios de correteo campestre, que lo mantenían como cuete.

Al escuchar lo cual, la viuda intercaló: ¿Entonces…tú estarás en el cielo, no?

-No,-dijo el casi espectro- lo que pasa, es que me he reencarnado en conejo…y estoy viviendo en la campiña piurana”… – ¿Cómo la vieron?… ¡Hasta mañana!

 

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