El mejor se fue y el que no tenía mucha opción se quedó. El fundillo del fútbol con la aplicación del VAR huele feo para el que lo sufre y celebra el que aparentemente se ve favorecido.
Este es el nuevo escenario del fútbol y en razón de lo dicho, Uruguay fue el que mejor fútbol propuso y estuvo más cerca de quedarse con el pase a semifinales pero el árbitro electrónico le negó el triunfo en tres ocasiones.
Perú en el trámite del partido fue un equipo con el pánico instalado en las hebras de las camisetas y haciendo uso de la otra receta que también es válida, apeló a la letra del que menos puede: No puedes ganar, no lo pierdas. Entonces había que pensar en los penales como la última palabra.
Pedro Gallese enorme y seguro, se apropió del protagonismo. El partido cambió su curso y al atajar el penal al ‘Pistolero’ Luis Suárez el arquero colaboraba con el 80% de posibilidades de una clasificación que no estaba presupuestada.
Entonces apareció el temple y ese coraje escondido de los peruanos. La goleada sufrida a manos de Brasil dolió mucho, y dejó heridas profundas. Se vino una avalancha y se dijo entonces que el técnico no servía y que Pedro Gallese metido en un envoltorio de incapacidad, dejaba de ser el custodio confiable del arco.
Apareció un supuesto audio de una indisciplina de André Carrillo que motivó que el equipo se partiera en dos, una parte estaba con el futbolista y otro sector apoyaba a Ricardo Gareca.
En tales circunstancias era imposible que el equipo volviera a unirse. El rompecabezas esparcido por todos los muros de la concentración, era un mal augurio para que se pueda avanzar. Las maletas estaban hechas para el retorno inmediato.
El VAR había jugado en contra de Perú ante Venezuela. En el partido contra Uruguay se volteó a favor. El arbitraje electrónico no admite lloriqueos, se mide por igual aunque sea centímetros de la raya de sentencia, el gol se anula y no hay nada más que hacer.
Con el partido en blanco, los penales eran en suma el tremendo juez que decida quien se va quien se queda.
Cuando Luis Suárez se cuadra ante Gallese, las piernas flaquean al ‘Pistolero’ y el arquero negocia todo lo que sabe y puede. La pelota despedida con violencia pega en el abdomen del arquero peruano.
El comienzo de la gesta se había dado. Luego llegaron los cirujanos de los penales con Paolo Guerrero, Luis Advíncula, Raúl Díaz, Joshimar Yotún y finalmente las orejas del que todo el Perú habla. Edison se perfila y saca de muy dentro de su corazón el disparo que habría de colarse en el arco de Fernando Muslera. Era el quinto penal. Fuimos efectivos 100% sin fallas y con un coraje enorme para olvidarse del pasado.
Fue el acabose, Perú se metía en semifinales de la Copa América con un repertorio pobre, con triunfos y tropezones, Así somos, de grandes logros que cuestan. De mucho sufrimiento. Si no se sufre, no vale.