Contra Chile siempre hemos tenido una confrontación futbolística de muchos años que con el correr del tiempo, las cosas han cambiado. En el pasado eran ganables y ahora se han despuntado para dejar de ser papayitas.
Con dos títulos en Copa América, la que organizaron en el 2015 y la Copa Centenario USA 2016, los chilenos subieron a la marquesina iluminada con dos finales ganadas a Argentina, con Lionel Messi incluido.
Con presencia en los dos últimos mundiales sobra y basta para entender que han logrado trepar bien alto, y nosotros, sufrimos para romper la fatal seguidilla de inasistencias desde la lejana España 82 donde por última vez estuvimos codeados con las mejores selecciones.
En unos días tendremos que toparnos con los chilenos y habrá que estar muy atentos para tomar por asalto la capital mapochina. Se entiende que con armas futbolísticas. Con goles y una actuación en la que cada peruano deberá tener un rendimiento arriba de los 7 puntos.
Tenemos equipo para amargarles la noche, de hacerles sentir que el momento de sacudirnos de los malos resultados pertenece al pasado. Y que el fútbol es un buen pretexto para sonreír y cobrarnos de paso, la revancha del 4-3 en Lima.
En la selección chilena saben que les duele cuando la pelota es jugada al ras del campo. El toque y las paredes detestan. Es el arma que debe servir de quiebre para que Claudio Bravo no se vea tan compacto y baje al llano para que muestre sus debilidades.
En la Copa América Chile 2015 tropezamos con los chilenos en cuartos de final. Ellos ganaron 2-1 y pudo apreciarse que era posible acercarnos al triunfo aun con la expulsión de Carlos Zambrano para hacerles frente con diez jugadores.
Tiene el equipo peruano que acordarse que en la Copa América del 85 se le ganó a Chile con aquel gol de tijera de Juan Carlos Oblitas en Matute o cuando se le hizo seis goles en esa noche fabulosa de Flavio Maestri. Era Miguel Company el entrenador y Ronald Baroni el que más se acercó al rendimiento del ‘Tanque’.
Chile es el rival que mejor se acomoda al estilo peruano y sería estupendo que en el estadio Nacional de Santiago elija como escenario el concierto con la música de Christian Cueva, Paolo Guerrero o Raúl Ruidíaz.
Además, jugará a favor que el hincha chileno tendrá que morderse la lengua para no excederse en el aliento a su equipo como sucedió en aquel partido en Santiago en las clasificatorias para Francia 98.
La FIFA ya castigó a Chile por doble reincidencia por el pésimo comportamiento de sus hinchas. Una más puede aumentarse la sanción. De ese modo Perú jugará en un estadio pacífico, reprimido, en un ambiente propicio para jugar con tranquilidad y recuperar la memoria que en un momento dado, fuimos más que ellos.