Un extraño ¿“súper doctor”?

 

Hace algunos años, trabajaba en un diario de cuyo nombre no me place acordarme. Lima, el Perú entero y buena parte de Latinoamérica, sufría un vigoroso azote de la drogadicción juvenil y muchas familias llegaban a extremos -hoy increíbles- intentando arrancar a sus adolescentes hijos de las garras de la “pasta básica de cocaína”, entre otras cochinas drogas que se vendían aún en los recreos escolares.

Recuerdo que un tranquilo padre, me confesó entre sollozos, que él –en persona- iba a comprarle a “su hijito”, su alijo de cochinadas, a la propia guarida de malandrines, donde temía que este “ inocente comprador de idioteces”, fuera asaltado, o cosa peor… Luego, para mi asombro, me contó que de acuerdo con la madre de este glorioso pichón, entregaba la porquería, para finalmente, dejarlo que se encerrara en su dormitorio, a consumirla.

En fin. Por algo el inefable Raúl “El Gordo” Villarán decía: ”sólo los periodistas llegamos a saber, aquello que los demás mortales ignorarán por el resto de su vida”.

Pero como NO se sabe, en nuestro amado country, los asombros suelen palidecer, en el siguiente capítulo de cualquier apasionante tele-rollo que escribió la vida misma.

Una mañana cálida y sensual, apareció en uno de los más prestigiosos “merciocos”, un extraño doctor que “tenía la pila”. Es decir, la solución a este “nudo gordiano”, entronizado en el corazón de nuestras familias “no tan pobres, pero honradas, muy católicas, oiga usted”, como suele decirse en los tés de tías, con su “Peluchín” al centro, para decorar la torta.

Un “súper doctor”, de esos que no se conforman con un título, sino tienen dos o tres, para nuestra envidia, había “descubierto”, -nadie supo nunca cómo-, que “el secreto de la drogadicción”, residía en un conjunto de tejidos cerebrales vulgarmente conocido como “ cíngulo del placer”, entidad encefálica que rodea la masa encefálica, bajo protección de la caja craneana”. Y entonces, pues, la solución a esta vergonzosa inconducta de fumar cochinadas -todo lo que fuma, es más o menos lo mismo y hasta peor- residía- asombráos oh impúdicos mortales- en amputar-si “amputar” he dicho, este libidinoso cíngulo que –digo yo-los anatomistas apenas saben qué papel desempeña en nuestra conducta y nuestro pensamiento.

Pedro lo que temerariamente, logré averiguar, es que esta red circular, impulsa y gratifica, TODO lo que nos produce placer, desde saborear un caramelo, hasta un encuentro a finish con la mujer deseada. Y desde luego, el refresco de la corteza cerebral, motivado por ciertos suicidas estímulos artificiales, pasa también por ese rumbo.

Bueno pero volviendo al tema de este “súper-doctor”, éste empezó escribir artículos pontificando acerca de su sensacional panacea quirúrgica y desde luego, muchos padres desesperados -y los comprendo sinceramente-, requirieron de inmediato su costoso concurso para librarse del infierno de ver a un hijo, convertido en un guiñapo apestoso, que sólo tiene alma para seguirse envenenando.

Y… ahora, viene lo triste la TN. Cierto lector que seguía mi trabajo, me invitó a almorzar a fin de mostrarme “los progresos” de su hijo adolescente, a quien ¡Oh milagro! Le habían practicado ya, la tan pregonada amputación del “cíngulo”. Y ¿saben qué? El pobre muchacho, era un pelele sin voz ni pensamiento. Se movía como un ” zombi”, y hacía estrictamente lo que le ordenaban hacer. “Siéntate”, “Coge la cuchara”, “toma la sopa”. Y sellando el toque, el infeliz joven se levantó de la mesa, con el pantalón mojado. Ni siquiera controlaba sus elementales necesidades. No tuve valor, para decir a este matrimonio amigo, que había cambiado un vicioso por un idiota. Y que además, yo sospecharía de un “tratamiento” quirúrgico, como el que habían hecho sufrir a su desventurado hijo irrecuperable.

Pero ayer tarde, y a través del Canal del Estado, vi en reprise, al “súper doctor”. Aunque ustedes no lo crean… ha vuelto a las andadas. Y pontifica sobre las “excelencias de su maravilloso descubrimiento”. ¡Dios nos coja confesaos…! Como dijo un andaluz.

 

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.

636777
V: 1699 | 10