En cierta avenida de Lima caminaban dos mujeres. Una relativamente joven y la otra una anciana de cabellos blancos con dificultades para caminar. La menor de las mujeres prácticamente jalaba a la mayor mientras le decía en voz alta y airadamente que era una torpe, que caminara más rápido y que ya estaba cansada de aguantarla. Otra persona, se acercó y con amabilidad le preguntó por qué maltrataba a la anciana, diciéndole que había normas tales como el derecho de familia que la amparaban y que podrían denunciarla. La respuestafue “Denúnciame pues. No te metas en lo que no te importa. Esta vieja es mi madre y yo la trato como quiero”. Siguieron luego algunas groserías que no repetimos por respeto a los lectores.
Si esa escena se daba en público ¿Se imaginan ustedes lo que pasaría dentro de su casa?. Seguramente el maltrato físico y psicológico sería cosa de todos los días y la anciana quien debería recibir los mayores cuidados y el trato más apropiado en sus últimos años de su existencia, era probablemente la víctima de una hija desajustada, quien no le prestaba la atención que merecía. Pues habría que decirle a esa hija que la vida no se detiene. El tempo avanza y el mundo da vueltas. De tal modo, la joven de hoy será la anciana del mañana.
Llega un momento en que los ancianos son tan indefensos y vulnerables como los niños. Sus músculos ya no responden como los de una persona menor y la mente eventualmente sufre estragos. Y es precisamente en esa situación que sus familiares deben prodigarles toda la atención posible. Depende mucho de cada caso y del punto de vista de cada familia, pero a veces es preferible que permanezcan en un centro donde les brinden las atenciones del caso y cuenten con atención médica constante. Sobre todo cuando sufren de deterioro mental grave.
Pero sea cual fuere la situación del anciano la primera responsabilidad de su cuidado la tienen legalmente los hijos. No hay ninguna excusa que valga para negarse. Al fin y al cabo si los hijos existen es porque sus padres le dieron vida; y lo menos que puede hacerse es agradecerles por eso y por todos los cuidados que les dieron cuando eran niños y no hubieran podido sobrevivir sin el apoyo que les brindaron durante años enteros. ¿No les parece?.