En Lima viven 9 millones de peruanos. Si cada uno recibiera un millón de soles recuperado de los robos de Fujimori… todavía quedarían millones en la bolsa de las rapiñas, las extorsiones, los narcodólares, las privatizaciones, los saqueos y el pillaje.
Parte de ese dinero está sirviendo ahora para solventar la candidatura presidencial de Keiko F. quien tiene lista la llave para abrir las puertas de la cárcel 5 estrellas donde se alberga al hombre considerado como el séptimo dictador más corrupto del mundo.
¡Increíble! Está ocurriendo ante la vista de todos, y muy pocos reparan en el escándalo de que una banda de criminales vaya a tomar el poder de manera legítima en un país civilizado. Gracias a las dádivas de su política asistencialista, la representante del señor Fujimori tiene hasta ahora según las encuestas el 30 por ciento de las preferencias electorales.
Se ha hablado de fraude, pero aquél no está en el cumplimiento de las leyes electorales. Se encuentra, más bien, en aceptar como partido político a lo que es una mafia cuyo botín aún no ha sido recuperado.
Todo el poder y todo el dinero están ahora en sus manos y las encuestas mantienen un inconmovible porcentaje cuyas bases populares se encuentran entre aquellos que recibieron cocinas y víveres, y cuyo conocimiento del mundo ha sido alimentado por una prensa barata en la cual se juntan en primera página gigantescos traseros con la propaganda de la representante de Fujimori.
Pocas de estas personas reparan en que los beneficios de los trabajadores fueron paulatinamente borrados por la dictadura, que las pensiones de los viejos resultaron drásticamente encogidas, que decenas de miles de peruanos fueron echados de las empresas públicas, que una infernal guerra sucia borró de la geografía centenares de poblados serranos y que 300 mil mujeres fueron esterilizadas contra su voluntad. Todo el tiempo de la dictadura sido evaporado de su memoria la cual ahora solamente graba el último crimen difundido por la prensa amarilla y los cotidianos combates de la TV.
Sin embargo, algo sorprendente está ocurriendo. Mientras el Perú se preparaba a soportar la mayor vergüenza de su historia y cuando la prensa extranjera daba por inevitable la instauración de un narcoestado por la vía de las urnas, algo comienza a cambiar. Como si David se enfrentara otra vez a Goliat, el Frente Amplio que lidera Verónika Mendoza, sin mayores medios económicos, ha llegado a escalar hasta el segundo puesto en las preferencias electorales. Una confrontación entre Verónika y la representante de Fujimori es ahora inevitable.
Tan seguro es el ascenso del Frente Amplio que incluso el señor Kuczynski, hasta hace poco en el segundo puesto, lo ha reconocido. Un estallido senil suyo lo hace notar. Dijo de Verónika: «esa media roja que nunca ha hecho nada en su perra vida».
Como sabemos, «medio» es un adverbio de cantidad o de modo que expresa «no enteramente, no del todo», y es absolutamente invariable. Por ejemplo se dice «medio” carcamán y “medio” carcamanes o carcamanas. “Medio” no cambia. Cuando la palabra se usa en el femenino en singular o plural se refiere a las prendas de vestir que cubren los pies. Y todo ello significaría que, viéndose superado por Verónika, el enardecido anciano Kuczynski, se da por vencido y tal vez por una suerte de cábala, está usando ahora medias rojas.
Enfrente de la representante de Fujimori, no queda nada más que Verónika. Vale decir que, la del 10 de abril, en vez de una simple opción política, es ahora un imperativo moral. Ahora el pueblo decidirá por opciones políticas y sociales concretas y no por candidatos fantoches.
Vallejo decía: «Ya va a venir el día. Ponte el alma.». Nos la ponemos y asumimos nuestro destino. Es Verónika.